Lo habíamos adorado. Durante mucho tiempo. Tanto como el que había estado a bordo de ‘Thor‘. Pero hasta los autores más enormes tienen su malos momentos. Y quien dice momentos dice cinco años. Y eso nos lleva a preguntarnos, ¿Qué te pasó por la cabeza, Jason Aaron? Porque, a ver, no podíamos recibir con más algarabía la noticia de que, tras la marcha de Jonathan Hickman y de la increíble épica que el guionista implementó en su estancia en ‘Los Vengadores‘, fuera el artífice de ‘Scalped‘ el encargado de llevar a los mayores héroes de la Tierra a nuevas fronteras. Pero, en fin, cómo expresarlo con delicadeza…es que tan sólo la trama del primer arco argumental, ese que da título al primer Deluxe publicado por Panini, a ver…es que es un puñetero telegrama:
Celestiales. STOP. Antiguos. STOP. Creadores de vida en Tierra. STOP. Loki. STOP. Malo. STOP. Plan siniestro. STOP. Matar todos humanos. STOP. Hueste final. STOP. Matar todos humanos. STOP. Vengadores. STOP. ¡Reunidos!. STOP. Golpear. STOP. Ganan. STOP. Loki. STOP. Todavía villano. STOP.
Cabría pensar que tan rudimentaria historia —y no creáis que, en aras del instante cómico hemos exagerado en exceso, antes bien, diría incluso que nos hemos quedado cortos— estaría presa de un ritmo frenético y cargada de acción para que el conjunto, al menos, tuviera algo de entretenimiento descerebrado anexo a él, pero todo se siente más bien como los deberes que Jason Aaron ha tenido que hacer después de haber acudido a clases en la Universidad de Scott Snyder de cómo sobre-escribir cómics hasta la muerte —y eso que Snyder, aquí y allá, nos mola ¿eh?—: hay ladrillos y ladrillos de texto explicando una y otra vez a los Celestiales, la Hueste Final y el estúpido y malévolo plan de Loki, como si no hubieras leído nunca una variación de esta historia un millón de veces en el 95% de los cómics de superhéroes. Que sí, que hay cierto sentido de la épica, aunque sea a cañonazos, por el mero hecho de que la narración abarca millones de años, y hay que valorar en lo que cabe la idea de los Vengadores prehistóricos y ese Jinete Fantasma a lomos de un mamut; pero es que el primer arco, de tan sólo seis números, parece que nunca va a acabar, una sensación que se prolonga también al segundo, que no os quepa duda. Monologo de malote tras monólogo de malote aderezado con infumables textos de exposición, y así ad infinitum…Y en medio de esta sobre-exposición de texto, a Aaron no se le ocurre otra audacia que burlarse de la etapa de Hickman…¡¡¡la osadía!!!.
Los propios Vengadores, en la arbitraria selección con la que Aaron compone la formación que aquí ocupa páginas, se sienten como completamente inútiles. Lo que la mayoría de ellos hacen es proveer de diálogos inanes para llenar páginas, como si fueran la colorida versión en dibujos de un generador de Lorem Ipsum. Insistimos, parece que el único papel de entidad que tienen aquí los Vengadores es golpear Celestiales, como si estuviéramos viendo a un niño jugar con sus muñecos dándose tortas los unos a los otros. Y —entramos aquí en modo Elena Peñuelas— si tenemos que hablar de lo que Aaron hace con Loki. En fin. Parece que nunca hubiera escrito al personaje y que, además, se olvidara de la grandeza que el Dios de la Mentira ha alcanzado en el UMC o de mano de Kieron Gillen o Al Ewing, con un personaje que se ha convertido por méritos propios en el más interesante, profundo y matizado del Universo Marvel. Aaron se caga —me perdonáis la expresión, pero es que es para cabrearse— en todo eso y escribe a un Loki unidimensional y acartonado que perfectamente podría intercambiarse por cualquier villano de tres al cuarto de la extensa galería que arrastra el grupo.
Afortunadamente, en el frente visual, como lo que el tebeo necesitaba era alguien capaz de ejecutar secuencias de acción con contundencia, no se nos ocurre a nadie mejor que Ed McGuinness para hacerlo. Es una lástima que el artista no complete el primer arco completo, y que, en una maniobra puramente Marvel, su ausencia se llene con estilos tan variados como los de Paco Medina, Sara Pichelli o David Marquez. Menos mal que todos ellos son artistas de probada solidez y que, al menos, no tenemos que sufrir a cualquiera de los dibujantes en nómina de la Casa de las Ideas, esos que sirven igual para un roto que para un descosido pero que, en última instancia, no hacen nada por salir de una flagrante mediocridad.
Y, sí, poco hemos hablado del segundo arco argumental. Pero, qué queréis que os digamos, no nos apetece. Por ahí anda Namor. Y la escala de todo el conjunto se reduce bastante, anclándola más a una personalidad terrenal. Y sigue funcionando de manera irregular. Como mucho. Tanto que, en su momento, fue hasta aquí hasta donde aguanté en la colección. ¿Tendré redaños para continuar con ella en esta edición Deluxe? La respuesta, en el futuro de esta página.
Vengadores. La hueste final
- Autores: Jason Aaron, Ed McGuiness et al.
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 328 páginas
- Precio: 42 euros