'X-Statix vol.2', ¡estos mutantes están locos!

Fue algo que se pudo leer entre líneas de lo que afirmé, allá por febrero, cuando me asomé al primer Ómnibus de la serie publicado por Panini: ‘X-Statix‘ fue una cabecera «rara», y de eso se trataba. Una colección como esta no funcionaría hoy en día en un panorama en el que sería imposible lanzar un equipo de personajes completamente nuevos con casi ninguna conexión con el Universo Marvel salvo por puntuales cameos. Pero es que ‘X-Statix’ no se quedó ahí, relegando a un segundo plano —cuando no a un tercero, un cuarto…— las hazañas superheroicas de los personajes y centrando casi toda su atención en las relaciones intepersonales de los miembros del equipo, en cómo reaccionaban al mundo que gira a su alrededor más que en saber si lograban o no salvar la situación de turno.

‘X-Statix’ fue también una mirada cargada de sátira a la naturaleza del espéctaculo, con reflexiones que son tan actuales ahora como lo eran hace dos décadas cuando la serie de Peter Milligan y Mike Allred comenzó a publicarse. Cada número se apoya en los anteriores para construir la trama, y el conjunto se siente como una historia serializada más que como piezas individuales de un puzzle que ya se verá si termina bien construido o no. Cierto es que algunos personajes pueden ser un poco obvios —el tratamiento de las personas de color o de sexualidad no binaria es algo extraño, quizás bajo nuestra óptica actual, tan mediatizada, pero se hacen ímprobos esfuerzos en incluirlos por más que no se consiga siempre llevarlos a término— pero todos ellos, sin excepción, atesoran una tridimensionalidad apabullante aunque en algunos instantes los diálogos estén desnaturalizados por la propia condición de ser un cómic de superhéroes.

Y, claro está, hay que sumar a todo esto el que no hay quien le haga sombra al estilo de Allred cuando se pone a ello: fuerza de la naturaleza imparable —sólo se deja por dibujar tres o cuatro números de los que aquí se incluyen— su estilo pop, colorista, dinámico, atrevido y extravagante se asegura que ‘X-Statix’ no se pareciera a nada que estuviéramos leyendo de Marvel por aquél entonces…o ahora mismo, porque, insistimos, la carga de originalidad que siguen desprendiendo estas páginas es de un calado que aguanta como ninguno el paso del tiempo.

¿Que qué pasa en estas 704 páginas que incluye Panini en el segundo Ómnibus? Jo, pues de todo: desde desencuentros entre el grupo y los Vengadores en cómo salvar al mundo de la amenaza que supone un trozo del cerebro de Doop hasta la dupla final que presentará, primero, al Viviseccionador, probablemente una de las miradas con mayor sensibilidad que Milligan y Allred realizaran durante toda su estancia en la cabecera al concepto de la homosexualidad y, después, trascendido la algo forzada inclusión del grupo en el evento «versus», ese cierre de la colección que puede que no sea lo que algunos habríamos esperado de la serie pero es, casi sin dudarlo, el que más sentido tiene dado todo lo que hasta ese punto habremos vivido con los personajes y la historia que Milligan ha tejido en torno a ellos. ¿Triste? Sí, algo, pero tremendamente apropiada.

X-Statix cerraba así, con sumo cariño, una de las cabeceras que, para bien o para mal, más nos ha dado para pensar de principio a fin en la Marvel de este siglo. Es irreverente, chiflada, malhumorada y, sobre todo, real. El viaje que Milligan y Allred proponen es de esos que deja huella, y conocer a todos los personajes que se pasean por estas páginas, tan dementes y excéntricos como la propia colección, cambiará vuestra vida, aunque sólo sea un poco. ¿Se le puede pedir más a un tebeo de superhéroes? ‘Nuff said!!!!