COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

El trueno en los 90

No es ningún secreto que, a pesar de haber alucinado con la idea en el momento en que se anunció, y esperar impaciente a que las primeras grapas yanquis llegaran a mi tienda sevillana habitual de cómics de aquella época para poder dar cuenta de ellas rápidamente, el experimento que fue el año a lo largo del que se prolongó el ‘Heroes Reborn‘ se cuente, no ya entre mis etapas menos apreciadas de la Marvel de siempre, sino entre esos tebeos que casi concitan la opinión unánime de un fandom incapaz de encontrar algo a lo que asirse en una inmensa mediocridad de la que, quizás, sólo se salvarían de la quema las espectaculares páginas que Jim Lee cuajara para los primeros números de la renacida colección de la primera familia de la editorial. Afirmar pues que, tras aquellos doce meses en los que asistimos con horror a la demolición paulatina de todo lo que hacía grande a Los Vengadores, los 4 Fantásticos, Iron Man o el Capitán América —el Capi de Liefeld…¡¡¡el horror!!!—, los lectores teníamos hambre de tebeos Marvel de calidad es quedarse muy cortos. De hecho, recuerdo de manera bastante vívida la forma la expectación —y el ansia— con los que me acerqué a los primeros números de las colecciones puntales de La Casa de las Ideas toda vez éstas volvieron por la puerta grande con el ‘Heroes Return‘, especialmente con aquellos maravillosos Vengadores con los que Kurt Busiek y George Pérez devolvían lustre a la colección de un plumazo o con los 4 Fantásticos que regresaban de la mano de Scott Lobdell y Alan Davis.

En un segundo plano, porque siempre he pensado que Dan Jurgens es un guionista efectivo y poco más, de esos que sirve igual para un roto que para un descosido pero que no tiene una personalidad lo suficientemente marcada como para sentar cátedra en el mundo de la viñeta, se situaba un Thor al que hoy nos asomamos de mano de, primero, el Must-Have con el que Panini recoge los 6 números iniciales de la colección y, segundo, con el volumen número dos en formato oversized en el que se recopilan los números 13 al 25 de la serie regular yanqui así como los anuales correspondientes a los años 1999 y 2000. Todo un conjunto que podría calificarse, así de manera general antes de entrar en materia, como entretenido pero no esencial.

De hecho, en lo que al Dios del Trueno respecta, ese último epíteto queda reservado, al menos en lo que a servidor respecta, para tres de las muchas etapas que ha conocido el hijo de Odín a lo largo de su prolongada vida editorial. En orden de aparición —que no implica necesariamente orden de preferencia—, estas serían, por si alguien se lo pregunta: la de Strazcysnki, la de Jason Aaron y la que Donny Cates está haciendo con el personaje en la actualidad. Saliendo de esta particular terna, encuentro cierto atractivo en lo que Walter Simonson llevó a cabo —pero para nada el carácter mítico que mucho aficionado lector haya en él— y me dejo seducir igualmente por lo que Matt Fraction legó al personaje, pero si de la etapa de Dan Jurgens hay que hablar, he de confesar que esta vuelta que le he dado a la serie con motivo de los tomos que hoy tratamos ha sido la segunda que le hago a la cabecera en manos del artífice de la muerte de Superman…y sólo porque la ocasión lo exigía.

Dicho de otra forma, no creo que, en mi futuro lector, ese que algún día tendrá ocasión para poder empezar a revisar todo lo que se acumula en mi tebeoteca, hubiera habido hueco para un tebeo en el que Jurgens deja claro que, por mucho que la mona se vista de épica, mona se queda. Y es que este regreso de Thor, que se esperaba como agua de mayo tras los sinsabores del ‘Heroes Reborn’, deja algo frío por cuanto el homenaje hacia la unión del dios de Asgard con un humano no termina de cuajar como si lo hiciera en la etapa clásica del personaje y ese alter ego suyo que durante mucho tiempo fue Donald Blake. Además, en lo que al arranque de la serie se refiere —aquello que viene incluido en el Must-Have— el conjunto queda lastrado por una falta alarmante de foco, ya porque la unión de Thor con Jake Olsen lleva a poco más que a secuencias de acción inanes plagadas de cameos de superhéroes que nunca se sienten como parte fundamental de la trama, ya porque la falta de coherencia en lo que se nos cuenta hace de este primer tramo de la acción algo repetitivo que termina estableciendo cierta personalidad de «monstruo del mes» ya porque, en última instancia, los diálogos que se ponen en boca de Thor son, en su mayoría, como siempre había pasado con el héroe en sus anteriores versiones, bastante ridículos.

Estas cualidades que la serie muestra en su arranque permanecerán, más o menos inmutables, a lo largo de toda la estancia de Jurgens a bordo de la colección, llegando un momento en que los diálogos en modo Shakespeare son insufribles y en el que tanta acción desbordada y tanta pelea sin foco concreto cansa sobremanera, no captando el artista lo que servidor considera la esencia del personaje como sí lo harán, años después, los insignes sucesores citados más arriba. Además, para rematar la faena, hay demasiados instantes en que el tipo de humor que gasta el guionista es más risible que hilarante, y el tono «cheesy» de algunas —de muchas— páginas lastra un conjunto que, si no termina en el lodo, es por acción directa de un nombre: John Romita Jr.

El veterano artista logra, con su particular y muy reconocible estilo, levantar a hombros hasta la situación más rocambolesca de cuantas se plantean aquí, y aunque, como siempre le ha pasado cuando se ha tenido que ocupar de una serie regular, es capaz de lo mejor y lo peor con tan sólo pasar de una página a otra —en serio, hay páginas aquí de auténtico infarto para que, al pasar a la siguiente, tengamos que llevarnos las manos a la cabeza en desaprobación por algún escorzo la mar de forzado y antinatural o algún rostro que no sabe lo que significa la palabra proporción—, son las sensaciones positivas las que priman durante la lectura del Must-Have, y los instantes del ‘Lágrimas de dioses‘ en los que se deja ver entre compañeros de profesión como Jerry Ordway, Mike McKone o Lee Weeks. A la postre, si hubiéramos de dejar una idea a modo de corolario de lo que Jurgens, Romita Jr. y compañía legaron con su Thor, quizá podríamos compararlo con la primera cinta del UMC dirigida por Kenneth Branagh: entretenía, sí, pero era tan insustancial e inane que no dejaba huella. ‘Nuff said!!!!!

Thor. Resurrección

  • Autores: Dan Jurgens y John Romita Jr.
  • Editorial: Panini Comics
  • Encuadernación:Cartoné
  • Páginas: 248 páginas
  • Precio: 18 euros
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Thor. Lágrimas de dioses

  • Autores: Dan Jurgens, John Romita Jr et al
  • Editorial: Panini Comics
  • Encuadernación:Cartoné
  • Páginas: 424 páginas
  • Precio: 44 euros
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