Acostumbrados como ya estamos desde hace un considerable puñado de años a asomarnos a las fabulosas ideas que, casi sin excepción, han ido construyendo ese más que IMPRESCINDIBLE Millarworld—así, sin pensar mucho, sólo apuntaría a un pequeño desliz dentro de todo lo que el británico ha desarrollado en la última década larga—, es cuanto menos curioso tener la oportunidad de viajar en el pasado y acercarse, más de quince años después de la única lectura que se le hizo, a uno de los instantes que servidor consideraba más afortunados de entre aquellos que el escritor llevo a cabo en el seno de La Casa de las Ideas: y es que, sin llegar a la magnificencia de lo que situaría como el instante más afortunado de lo que Millar concretó para Marvel —los dos volúmenes de ‘The Ultimates‘, claro está—, este ‘Lobezno. Enemigo del estado‘ me pareció en su momento todo un derroche de energía, mala leche y acción desbordante como sólo Millar era capaz de plantear en comparación con sus coetáneos en la editorial. Unas cualidades que después depuraría aún más en el ‘Old Man Logan‘ pero que aquí encontraban constante confirmación de las dotes del inglés para dejarnos atónitos con sus diálogos, sus giros argumentales y, en general, con esas tonalidades tan propias y características de su muy identificable estilo.
Y si hablo en pasado y no en presente es porque, aún sin «caerse» en exceso, hay que admitir que el tiempo, y lo mucho que hemos leído de Millar bajo los parámetros de la completa libertad que le otorgan sus creaciones propias, no juega del todo en favor de la percepción que hoy, diecisiete años después —que se dice pronto— uno extrae de los once números en los que el guionista jugó como le vino en gana con un mutante puesto al límite. Cuidado, que nadie se lleve a engaño, sigo creyendo a pie juntillas que lo que aquí se nos propone está muy por encima de la media de lo que Marvel ofrecía entonces —y sigue ofreciendo, lamentablemente, ahora— y los incontables giros que se acumulan en estas páginas sirven, en última instancia, para que al lector le sea imposible anticiparse a la próxima jugada que se nos tiene preparada.
Para el que no lo sepa, ‘Lobezno: enemigo del estado’ —que en realidad agrupa dos arcos argumentales, el así titulado y ‘Lobezno: agente de S.H.I.E.L.D’— gira en torno a la conversión de Logan por parte de la Mano en un letal agente a su servicio que sembrará el caos y la destrucción allí por donde vaya mientras sirve a los oscuros designios de la organización a la que una vez perteneció una Elektra que es también pilar fundamental de la función. Animada ésta, no sólo con los dos asesinos profesionales sino con toda una cohorte de esos secundarios que tan bien le funcionan siempre a Millar, es el superlativo dibujo de John Romita Jr. —entintado por el no menos superlativo trabajo de Klaus Janson— el que termina de engalanar una trama non-stop dispuesta a dejar sin aliento en repetidas ocasiones al lector, ya por la mucha brutalidad que dimana de ella, ya por los cliffhangers que Millar va dejándonos, de manera constante, a la finalización de cada número para rubricar un conjunto que tiene como cualidad principal el poder ser leído de manera completamente independiente por más que sus páginas pertenezcan a los números 20 a 32 del tercer volumen de la serie regular del mutante por excelencia. ‘Nuff said!!!!
Marvel Must-Have. Lobezno: enemigo del estado
- Autores:Mark Millar y John Romita Jr.
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 344 páginas
- Precio: 22 euros