El término Shōjo, que significa «chica joven» en japonés, hace referencia al manga y el anime que están dirigidos al público femenino. Hay que diferenciarlo de otros términos japoneses que son practicamente iguales, como Shōjō, que según la mitología japonesa es un peludo espíritu del mar con el rostro colorado y una enorme afición por el alcohol; y Shojo, que se refiere a las chicas que aún son vírgenes.
Como género dentro del manga, el Shōjo suele centrarse en historias románticas llenas de pasión y drama. En este sentido estricto del término, podemos encontrar obras como Marmalade Boy y No me lo digas con flores. Las historias son protagonizadas por chicas luchadoras y firmes de carácter, lo cual no impide que tengan sus inseguridades que comulgan con las de su público mayoritario. Estas chicas se ven envueltas en turbulentas relaciones personales que a veces rayan con lo lacrimógeno.
Sin embargo, el Shōjo ha ampliado bastante sus fronteras y, aunque la vena romántica siempre suele estar presente, la acción, la fantasía y las aventuras también son elementos recurrentes en sus historias. Este es el punto de partida del subgénero conocido como Mahō Shōjo, o Niña Mágica, protagonizado por chicas que cuentan con algún objeto mágico o poder especial.