El término Shōjo, que significa «chica joven» en japonés, hace referencia al manga y el anime que están dirigidos al público femenino. Hay que diferenciarlo de otros términos japoneses que son practicamente iguales, como Shōjō, que según la mitología japonesa es un peludo espíritu del mar con el rostro colorado y una enorme afición por el alcohol; y Shojo, que se refiere a las chicas que aún son vírgenes.
Como género dentro del manga, el Shōjo suele centrarse en historias románticas llenas de pasión y drama. En este sentido estricto del término, podemos encontrar obras como Marmalade Boy y No me lo digas con flores. Las historias son protagonizadas por chicas luchadoras y firmes de carácter, lo cual no impide que tengan sus inseguridades que comulgan con las de su público mayoritario. Estas chicas se ven envueltas en turbulentas relaciones personales que a veces rayan con lo lacrimógeno.
Sin embargo, el Shōjo ha ampliado bastante sus fronteras y, aunque la vena romántica siempre suele estar presente, la acción, la fantasía y las aventuras también son elementos recurrentes en sus historias. Este es el punto de partida del subgénero conocido como Mahō Shōjo, o Niña Mágica, protagonizado por chicas que cuentan con algún objeto mágico o poder especial.
Dentro de esta corriente encontramos obras como Full Moon, Card Captor Sakura y Sailor Moon; en donde conviven las luchas mágicas, con el amor y (a veces) la ñoñería. Esta vertiente aventurera del Shōjo hace que a veces sea difícil distinguirlo del Shōnen, como ocurre con mangas como Slayer. Lo que ocurre es que estas etiquetas parecen determinar el público de cada obra, poner una barrera entre ellos, pero en ocasiones no deja de ser una división artificial.
La diferencia entre ambos géneros, por tanto, resulta a veces demasiado ambigua. Por ejemplo, Love Hina se considera un Shōnen en toda regla. Su humor gamberro y sus generosas dosis de Fanservice así lo atestiguan, pero la relación entre Naru y Keitaro tiene un trasfondo romántico que puede atraer a las chicas por igual. De hecho, Love Hina podría incluirse dentro de otro subgénero, el Harem, en el que un chico convive con varias chicas que, generalmente, se lo disputarán entre sí.
En el dibujo del Shōjo, los chicos suelen ser menos rudos que en otros géneros del manga, y las chicas no son simples sacos neumáticos de hormonas. Por otra parte, las tramas y los colores que emplean los dibujantes están llenas de efectos de luz que aportan un brillo especial a sus páginas o fotogramas.
Otras obras destacadas dentro del Shōjo son DN Angel, Please save my Earth y Vampire Knight. Como podéis ver, el abanico de historias y géneros es tan amplio como en el Shōnen. La principal diferencia es el punto de vista con el que se acercan a ellos, pero ya debe quedar atrás la idea de que el Shōjo sólo cuenta historias cursis.
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