Cuando hablo con algún colega aficionado a los tebeos o con algún neófito que me pregunta por él, siempre suelo hacer el mismo tipo de reflexión con respecto a Superman: que es un personaje difícil, que después de más de ochenta años paseando palmito por las viñetas ha agotado todo lo que novedoso se podía contar acerca de él y que son muy pocas, muy, muy pocas, las historias de El Hombre de Acero que, en comparación con el Caballero Oscuro, podríamos señalar, sin temor a equivocarnos, como imprescindibles del noveno arte, importando ahí muy poco que el género de superhéroes genere mucha antipatía en quiénes jamás se hayan acercado a él por no estar interesados en lo que los tipos y tipas con mallas puedan ofrecer. No, estamos hablando de obras puntales, de instantes tremendamente afortunados en los que el equipo creativo de turno ha utilizado la figura del boy scout por excelencia para hablar de muchas cosas entre las que se cuentan la condición humana, nuestro lugar en el mundo y otros asuntos banales del mismo calado. Obras como ‘¡Es un pájaro!‘, ‘Identidad secreta‘ o ‘All-Star Superman‘ que han sabido utilizar al último hijo de Krypton como vehículo de algo mucho más grande que él mismo. Obras entre las que, sin duda, habría que incluir a lo que Max Landis llevó a cabo con esta miniserie de siete números que trazan, con siete dibujantes diferentes, una línea temporal de los primeros años de Superman que, independientes por completo de la continuidad, se establecen, junto con el ‘Origen secreto‘ de Geoff Johns y Gary Frank, como la mejor historia de arranque que jamás se ha contado del personaje creado por Jerry Siegel y Joe Shuster.
No suelen hacerme mucha gracia las reseñas que, de manera pormenorizada, aluden número a número a lo que contiene un volumen concreto pero creo que resulta complicado hacer justicia a ‘Superman: American Alien‘ sin, precisamente, acudir a ese recurso e ir recorriendo, uno a uno, los siete ejemplares que conforman tan espectacular volumen que traemos a vuestra atención a raíz de la reciente edición que ECC le dedicaba en su línea Grandes Novelas Gráficas de… Así que, sin más, repasemos brevemente las geniales páginas este asombroso proyecto.
1. Paloma
Nick Dragotta, responsable junto a Jonathan Hickman de habernos hecho soñar con ese imposible western de ciencia-ficción que es ‘East of West‘, es el encargado de hacer volar al Clark Kent niño, un chaval asustadizo que teme lo que sus poderes puedan hacerle a sus padres y que no encuentra su sitio en un mundo que él cree va a observarlo como a un monstruo de saberse cuáles son las habilidades que tiene. Dragotta no llega aquí a los niveles que después demostrará en la citada cabecera de Image, pero la limpieza de su narrativa deja espacio para que lo que Landis quiere hacer, respire con espacio. Un espacio que permite al guionista demostrar, ya en estos primeros compases, que su apuesta se vuelca por completo en hacer a los personajes, a TODOS los personajes, entes lo más tridimensionales posible. Y a fe nuestra que lo consigue: las conversaciones que Clark mantiene con Jonathan y Martha son de esas que le parten a uno el corazón por mucho que sepamos que el chaval que tenemos delante se convertirá en el superhéroe más grande que ha conocido el mundo de la viñeta. Y eso, queridos lectores, es todo un logro se lo mire por donde se lo quiera mirar.
2. Halcón
De la limpieza de Dragotta pasamos al estilo más sucio pero igualmente maravilloso de Tommy Lee Edwards, que afronta en este segundo capítulo una narración en la que el tono bascula de la inocencia de la niñez a la oscuridad de la adolescencia, algo que queda reflejado tan pronto como esa primera truculenta página de un número en el que Landis explora el ímpetu de la juventud y las consecuencias de las decisiones tomadas cuando uno se cree invencible…y lo es. El cambio con respecto a Paloma es brutal, y la brillantez con la que Edwards ejecuta el conjunto sólo se ve superada por la intensidad que se desprende de unos diálogos que, de nuevo, quieren llegar, y llegan, al mismo centro de nuestro ser.
3. Loro
Y, de nuevo, un cambio brusco de tono. Estamos ahora en una comedia adolescente, no en una de esas descerebradas a lo ‘Porky’s‘, pero comedia adolescente a fin de cuentas. En lo que podría haber sido un primer encuentro entre el futuro Superman y el futuro Batman, Clark termina siendo confundido con el millonario heredero de la fortuna Wayne y pasa un fin de semana en un yate de lujo en el que se las tendrá que ver con Deathstroke y con las armas aún más letales de una sexy Barbara Minerva —sí, la futura Cheetah. Todo ello dibujado con enorme plasticidad por una Joëlle Jones que, obviamente, carga las tintas en la vertiente sensual de este, el más desenfado número de la miniserie. Un divertimento que sirve a la perfección para relajar el ambiente después de la crudeza que caracterizaba al anterior.
4. Búho
Clark ya vive en Metropolis y no tardará en cruzar sus caminos con los de Lois Lane, Lex Luthor, Oliver Queen y un Bruce Wayne que, obviamente, no ha olvidado la cara de aquél que se hizo pasar por él años atrás. Huelga decir que, en la ciudad y con estos pesos pesados de por medio, las tonalidades que Landis imprime a este cuarto número de ‘American Alien’ vuelven a ser completamente diferentes a las de los tres anteriores, centrando su atención en imaginar un relato que cabría calificar de thriller intelectual en el que el futuro Superman confrontará las filosofías de poder de esos tres magnates en cuyas manos descansa el futuro del mundo. Y para dar vida a lo estilizado y elegante de la idea de fondo que hilvana todo el número, nadie mejor que el estilizado y elegante trazo de Jae Lee.
5. Águila
Después de tanto esperarlo, en este número tenemos por fin a un primer esbozo del Superman que hace cosas super-imposibles, enfundado en un primitivo y muy casero traje ideado por un Francis Manapul que, a nuestros ojos, se alza imbatible como el mejor artista que holla en estas casi doscientas páginas de tebeo: el Parásito está arrasando el centro de Metrópolis y un superhéroe con casco, gafas, la capa de Batman y un símbolo blanco pintado en su pecho que nos resultará muy familiar se une a la policía para derrotarlo. Landis centra aquí su atención en la vertiente más de acción del personaje sin renunciar, por ello, a dos instantes de conversación magníficos: uno entre Lois y Clark y otro entre éste y Lex que anticipa la eterna antipatía del megalómano por el héroe y los invisibles hilos que siempre ha movido para doblegarlo.
6. Ángel
Pete Ross y Kenny, amigos de Clark de Smallville, se van de visita a la gran ciudad. Eso, en esencia, es lo que Landis utiliza para trazar un episodio de comedia emocional completamente basado en los diálogos que intercambian los tres personajes, Clark desde su posición cada vez más afianzada, no ya de periodista conocido —o noviete de Lois Lane— sino de superhombre y todo lo que ellos implica, sus amigos a ras de suelo tratando de hacerle ver las cosas como meros mortales. El choque, genial en lo que el guionista pone en boca de cada uno, termina con Clark intentando volar hacia la Luna y encontrándose con Abin Sur. Y todo eso en 24 páginas. 24 magníficas páginas dibujadas con un estilo muy «cercano» por Jonathan Case, que acentúa aún más la personalidad terrenal de este, el penúltimo número del proyecto.
7. Valkiria
El estilo sucio de Jock cierra ‘American Alien’ con el enfrentamiento entre Lobo y Superman en las calles de Metrópolis. Es la primera vez que vemos al superhombre con sus colores característicos —aunque su uniforme sea todavía muy «proto»— en un número en el que vuelve a primar la acción como lo hiciera en Águila pero que, aún así, deja espacio para la magnífica conversación que tiene lugar entre el último hijo de Krypton y el último czarniano, de gran carga emocional para el primero.
Las últimas cuatro páginas cierran una lectura que, insistimos una vez más en el mensaje inicial, es un incisivo, elocuente y locuaz análisis del mito, no ya de Superman sino del superhombre en términos generales, de su humanidad y su divinidad, de su falibilidad, sus temores y sus anhelos. De los nuestros como especie que siempre quiere mirar hacia adelante soñando alto, soñando fuerte. Landis habla de la humanidad del Hombre de Acero…y del acero que hay en todos los hombres. Magnífico. Superlativo. Imprescindible.
Superman: American Alien
- Autores:VVAA
- Editorial: ECC Ediciones
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 192 páginas
- Precio: 28.50 euros
- Landis, Max (Author)