Cuando lees cualquier cómic de Ed Brubaker y Sean Phillips, siempre deberías esperar —y a cualquiera de las muchas reseñas que le hemos dedicado al dúo me remito— algo cercano a una obra maestra del medio…cuando no, directamente, una obra maestra, y pocas veces, por no decir ninguna, saldrás decepcionado. Bajo ese paraguas, os mentiría si os dijera que mis expectativas estaban por debajo de lo elevadísimo y, aún así, este volumen, el quinto y por ahora último de las andanzas de Ethan Reckless, se las ha apañado para superarlas. Por muchas razones, pero una principal: el que, con muchísimo más vigor que en cualquiera de las otras cuatro ocasiones en que Brubaker ha explorado al personaje, se ahonda sobremanera en los sentimientos de su peculiar héroe. Si estáis familiarizados con el desfacedor de entuertos —que diría Cervantes— que es Ethan, sabréis de sobra que es un hombre al que Brubaker describe como muy desconectado de sus emociones y, como él mismo afirma, «me siento casi vacío». Es por ello que impacta con más fuerza el que aquí veamos qué pasa cuando no se siente así en el viaje al que el guionista lo somete cuando se enamora de Rachel, protagonista femenina que se presenta por primera vez en estas páginas. Unas páginas que, recordemos, transcurren al mismo tiempo que las de ‘Un fantasma de ti’, centradas como ya vimos en lo que le pasa a Anna en Los Ángeles mientras Ethan, como averiguamos aquí, está en San Francisco.
El viaje de Ethan en el paulatino enamoramiento hacia Rachel está tratado con gran sensibilidad por Brubaker y, como la totalidad de la historia…y lo que hasta ahora hemos leído de ‘Reckless‘, deja con un sabor agridulce, no por la calidad del producto —creo que ya hemos sido muy claros al respecto de la misma—, sino porque la manera en que el guionista se aproxima a este noir es bajo la premisa general de que los finales tienen que ser consecuentes con los personajes y eso implica, forzosamente, no meter con calzador en ningún momento el «final feliz». En ese esfuerzo del guionista por cuidar que la evolución de sus creaciones sea lógica, resulta encomiable que, al sacar a Ethan de su zona de confort y situarlo ante algo tan nuevo como el amor, asistamos a inesperados arranques de furia hacia aquellos que abusaron de Rachel en su adolescencia, que, por cierto, no lo hemos dicho, es el motor principal de la historia y lo que hace de ella un personaje con muchas capas que huye de la unidimensionalidad —creo que Brubaker jamás ha escrito a un personaje unidimensional, pero bueno—. La colisión de tan potentes figuras hace que de las páginas de este ‘Sígueme en mi caída‘ dimanen sensaciones de enorme intensidad que, a poco que nos dejemos, calaran hondo en nuestro ánimo.
En la consecución de ese calado también trabajan los largos soliloquios puestos en boca de Ethan —marca de la casa de la manera en que Brubaker ve el noir; el ritmo de la historia, pausado al principio y en constante aceleración sin que casi nos percatemos de ello; la forma en la que el escritor trata un asunto tan peliagudo como el abuso de menores, siempre respetuoso y serio con tan execrable lacra y siempre desde una distancia que denota que no quiere manipularnos a los lectores; ese final, que salta quince años y tanto abunda en las tonalidades melancólicas del relato o, por supuesto, creo innecesario tener que decirlo, el dibujo de Sean Phillips y el magnífico color que aplica el hijo del dibujante. Bien es cierto que, con cinco volúmenes publicados en dos años, este ‘Sígueme en mi caída’ es el que más denota la rapidez con la que Phillips ha tenido que trabajar, pero eso no quita para su habilidad para jugar con las sombras siga siendo una de esas cualidades que aumenta sobremanera las tonalidades con las que Brubaker juega, y la facilidad con la que sus personajes se expresan, unido, como decíamos, a lo mucho que añade el expresivo colorido de Jacob Phillips sirven, una y otra vez, para añadir aún más matices al impacto emocional de cada escena.
Nuestro único lamento, entre tanta genialidad, es la decisión de Brubaker y Phillips de hollar otros terrenos y explorar nuevas opciones antes de volver a Reckless. Por ahora, dicha decisión se ha saldado con un volumen bastante irregular y muy por debajo de lo que uno espera de ellos titulado ‘Night Fever‘ y el anuncio, para el próximo mes de diciembre, de otro llamado ‘Where the body was‘ que, esperemos, nos dé mayores alegrías y nos aleje del deseo de que Ethan Reckles vuelva, y lo haga a la de YA.
Reckless. Sígueme en mi caída
- Autores: Ed Brubaker y Sean Phillips
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 144 páginas
- Precio: 22 euros