COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

‘Problemas gatunos ¡Perdidos!’, el gato de los espíritus

En el reino de los cómics los animales, antropomorfos, parlantes o simplemente meros animales, nunca sobran. Y si hay uno que es particularmente agradecido al medio ese es es el gato, desde Krazy Kat a Blacksad pasando por el crumbiano gato Fritz y todo ese maremágnum de felinos que pueblan el mundo del manga como la dulce Chi, el exótico Fukumaru de ‘El hombre y el gato‘ o los terroríficos mininos de ‘Nyaight of the living cat‘, sin olvidarnos, por supuesto, del gato robot Doraemon. ‘Problemas gatunos ¡Perdidos!‘, segundo volumen de su colección, nos presenta un grupo de mascotas que se quedan en un término medio, ya que a pesar de ser gatos corrientes, al menos a ojos de sus dueños, se comunican verbalmente entre ellos y además su percepción de olores, elementos y seres extraños sólo les pueden abrir un camino: el de la aventura.

Cómic para todas las edades pero sobre todo enfocado a lo más pequeños de la casa, tanto por su divertida estética (de trazo limpio y sencillo, con un ligero toque kawaii y un rico colorido que tiende a los tonos planos) como por un argumento que plantea como el fortuito encuentro de uno de sus protagonistas, Buster, con un gatito amnésico que a pesar de no recordar su nombre sí sabe algunos detalles sobre su hogar y al que bautizará provisionalmente como Cebollín, va a convertirse a medida se desenrrolla el ovillo (y nunca mejor dicho) en toda una odisea.

‘Problemas gatunos ¡Perdidos!’ parte de la cotidianidad del gato doméstico para pasar a un terreno más fantástico. Entre el misterio que parece ocultar el gatito perdido, la presencia de unos extraños espíritus (aunque por su diseño casi sería más sencillo calificarlos de monstruitos) y ese instinto casi sobrenatural de sus protagonistas, que chocan con una amenaza tan realista como la del lacero de control de animales (un clásico de los dibujos animados), este es un cómic amante de los giros, algunos más intensos que otros, que opta por una trama sencilla que sabe hacer del ritmo su mejor baza. 

Historia lineal en la que la base es la amistad, nueva o vieja, y que a pesar de carecer de moraleja concretas sí defiende la importancia del trabajo en equipo y la solidaridad para ayudar en la adversidad, incluso al que no se conoce, este es un cómic de esos que se lee en un suspiro y dejan un sabor de boca agradable, aunque quizás conquiste más a aquellos que tienen marcado ya en su ADN la querencia por nuestros peludos amigos, con algunos por aquí de los que, francamente, dan ganas de llevarse a casa.

Este es un título que no engaña. Humor con una ligera tendencia al surrealismo y el slapstick (el encuentro con los gansos, o la inesperada reacción del fiero perro guardián cuando dos de los felinos se cuelan en su jardín), buenos sentimientos y un buen equilibrio entre las escenas más intimistas y otras más dinámicas dan forma a un producto más que adecuado para los lectores más jóvenes pero que se puede disfrutar sin problemas con el resto de la familia, y que nos remite a todas esas road movies de tono más o menos disparatado cuyo desenlace siempre resulta previsible, aún con alguna sorpresa, pero que poco importa a la hora de dejarse llevar por una aventura con un controlado sentido del suspense.

Para el que busque historias maduras y trascendentes este está  lejos de ser su cómic. Para el que busque un rato de diversión ligera, acompañada de un dibujo cuya estética no desentonaria en una colección de camisetas esta es una propuesta idónea. Puro placebo frente a la visita a la gatoteca más cercana Buster y sus amigos os esperan en un título que parece tener vocación de trilogía. 

Problemas gatunos ¡Perdidos!

  • Autores:Mason Dickerson
  • Editorial: La Cúpula
  • Encuadernación: Rústica con solapas
  • Páginas: 192 páginas
  • Precio: 23.50 euros
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