Resulta bastante significativo el hecho de definir el contenido de un volumen como este ‘Marvel Héroes La Telaraña de Spiderman: Mudanza’ a partir de un hecho que poco o nada tiene que ver con el género superheroico. A ver, es un elemento muy importante dentro de la vida de Peter Parker, pero queda lejos de lo que muchos aficionados quieren ver en las distintas colecciones que protagoniza. Parece que nuestro joven e intrépido héroe da un paso bastante importante en su vida, una decisión que cambiará su estatus para siempre: abandona su vida de soltero y se establece junto a su chica, Mary Jane Watson. Para todo aquel que esté familiarizado con la vida pasada del trepamuros sabrá que este tipo de tramas más humanas son las que convierten a Spiderman en uno de los personajes más queridos por los aficionados. En este momento, y leídos los cómics contenidos en este volumen de casi seiscientas páginas, toca tirarse un poco de los pelos al ver que estos matices se fueron perdiendo desde que el famoso “mefistazo” tuviera lugar para romper la relación. Bien es cierto que se ganó en otros aspectos pero el “salseo” se fue diluyendo hasta casi desaparecer por completo, restando de esta manera un tanto de espontaneidad.
Todo esto hay que asumirlo y tomarlo como una señal inequívoca de evolución, cambios que han ayudado a la definición de un personaje de naturaleza cambiante que lo han conducido hasta una maduración más que evidente. Todas las experiencias por las que ha tenido que pasar han terminado por convertir a Parker en un adulto, una condición que nos ha hecho olvidar al joven quinceañero empollón que sufrió la picadura de una araña radiactiva. Bien es cierto que hablar de envejecimiento en el mundo del cómic es poco menos que una utopía, nunca se ha podido establecer una equivalencia más o menos fiable entre la edad en las viñetas y la real por lo que este paso de formalización en la relación entre ambos personajes puede quedar algo desnaturalizado. Si aparcamos estas desavenencias cronológicas, inevitables por otra parte, lo que nos encontramos es una continuación de lo que ya vivió en su años mozos, problemas de la vida cotidiana como podrían ser el acoso en el instituto, cuidar de su tía enferma, la poca remuneración de su primer empleo como fotógrafo, el fallecimiento de seres queridos y todo lo que acarrea llevar también una carrera como superhéroe. Prepararse para compartir un lugar común y una vida con su chica se antoja el paso natural y lógico a todo lo anterior.
El material recogido en estos volúmenes de La Telaraña de Spiderman funciona a la perfección si tenemos en cuenta el contexto en el que fue publicado allá por los noventa. Aquellos días el personaje vivía momentos sumamente delicados, que serán tratados a su debido tiempo, por lo que estos cómics suponían un soplo de aire fresco, una suerte de lectura complementaria a todo lo que ocurría en las cabeceras principales. Una colección que nacía con el firme propósito de ampliar todas esas tramas que se iban sucediendo sin dar un respiro al lector, una forma de atar cabos sueltos que no se habían desarrollado todo lo que deberían, añadiendo profundidad y contexto a relatos donde se trataban diversos aspectos de la vida de Peter y el resto de personajes. Razón por la que, en contadas ocasiones, puede que nos sintamos algo desubicados, sin encontrar el contexto por el que están ocurriendo ciertas cosas como el uso del traje tradicional o el negro y aventuras que parecen comenzar con la acción ya empezada. Pero pueden estar tranquilos, uno de los elementos más característicos de la franquicia arácnida como es el uso de personajes secundarios, está perfectamente aprovechado en estas páginas. Nombres del entorno más cercano de Peter como pueden ser J.J. Jameson, Flash, la tía May y su novio Nathan Lubenski, la inolvidable Betty Brant o la casera Mamie Muggins.
Personajes que añaden mucho valor humano a los guiones y que, por una razón u otra, habían ido quedando en el olvido, perdiéndose ese aspecto tan entrañable de las aventuras de Spiderman. Y sí, también hay momentos de acción al estilo Marvel, faltaría más. Pijameo de altos vuelos con el Duende y todo lo relacionado con su identidad, Hulk, el Hombre Cosa, Lobezno, el Buitre, la Rosa, el Espectro, Fuego Fatuo, Perro Lunar, el Gusano de la Mente, Luna Negra o Corredor Cohete. Muchos de estos nombres, de alta carga bizarra, vuelven al candelero en forma de pin ups gracias a un anual que sirve, precisamente, como introducción a lectores que quieran acercarse a estos relatos y no sentirse totalmente perdidos. Lo que va a ser una constante en los tebeos de aquellos días es el listado de autores implicados en su elaboración, unos créditos bastante poblados en el que se dan cita todo tipo de guionistas y dibujantes: Greg LaRocque, Alex Saviuk, Al gordon, Sal Buscema, Val Mayerik, Dave Simons, James Owsley, Tom Morgan, Len Kaminski, Larry Lieber, Jim Mooney o Frank Gia. Un volumen cargado de historias muy bien facturadas, que se leen con interés y cuyos finales se mueven entre lo agradable y lo duro, como la vida misma, divertidos, devastadores y con la carga moral justa como para que nos cautiven de principio a fin.
Marvel Héroes La Telaraña de Spiderman: Mudanza
- Autores: V.V.A.A.
- Editorial: Panini Cómics
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 560
- Precio: 49,95 euros