‘Marvel Héroes Los Vengadores: La obsesión por coleccionar’, ...y por completar

Una vez que comienzas una tarea y la llevas a cabo tan bien como lo está haciendo Panini, no queda más remedio que seguir hacia delante pisando con paso firme por muchos escollos que puedan aparecer en el camino. La centena de tebeos comprendidos entre el número 300 y el 400 de la colección protagonizada por Los Héroes Más Poderosos de la Tierra, es una de esas etapas que, por mucho que pase el tiempo, los aficionados recuerdan con cierto sonrojo y dureza. Sin embargo, los años y la paciencia que otorga la edad, hace que miremos este material con otros ojos, realizando una lectura con ganas de disfrutarla y dejando a un lado odiosas comparaciones que no llevan a ningún sitio. Sabemos que la estancia de Roger Stern al frente de la colección dejó una huella imborrable gracias a unos relatos inolvidables y bien construídos. ¿Fueron una maravilla? Pues sí. No hay necesidad de medirlos a estos otros pergeñados por los Harras, Michelinie, Nicieza o Lobdell, más que nada porque están facturados en otra época, los denostados noventa, unos días en los que todo se hacía de otra manera pero que, aún así, se puede encontrar elementos aprovechables.

‘Marvel Héroes Los Vengadores: La obsesión por coleccionar’ recupera un buen puñado de tebeos pertenecientes a la mencionada década, aventuras que se sitúan cronológicamente tras ‘La línea a cruzar’ y antes de ‘La llegada de Proctor’, anteriores entregas de este maravilloso coleccionable. Si hoy en día muchos aficionados elevan sus quejas por los numerosos eventos que tienen que “sufrir” en sus colecciones favoritas, habría que recordarles las historias divididas en anuales que tanto gustaba en La Casa de las Ideas en aquellos años. Atlantis Ataca, La Guerra de la Evolución o Factor Terminus fueron algunos de los crossovers con los que nos deleitaron hace años. De hecho, en el presente volumen, se incluyen dos de ellos: Las guerras subterráneas y Ciudadano Kang.

En el primero de ellos, la trama se va a extender por los anuales del año 1991 de cabeceras como Hulk, Iron Man, Namor, Los Vengadores y Los Vengadores Costa Oeste. Tal y como su título indica, las distintas razas que pululan bajo tierra en el Universo Marvel se ponen en pie de guerra y van a batallar de lo lindo. Los Hombres Lava, Topoides y Lemurianos van a sufrir el ataque de una nueva especie de mutados, una amenaza tal que Tyrannus, Grotesk y el Hombre Topo se van a ver obligados a pedir ayuda a Los Vengadores. El guión corre a cargo del matrimonio Thomas, Roy y Dann, aunque también hay aportaciones de Peter David o Scott Lobdell en sus respectivas series (Hulk y Namor). La parte gráfica cuenta con los lápices de dibujantes que se prodigaron bastante aquellos días, nombres como Tom Morgan, Kevin West o George Freeman hacen un trabajo correcto y sin demasiados alardes para cumplir con lo requerido por el guión de los Thomas.

El segundo sigue el mismo esquema y patrón pero cuenta con la presencia del siempre interesante Kang. Tener a este personaje en una historia implica, casi de manera obligatoria, la existencia de viajes temporales, un elemento que hay que manejar con sumo cuidado si no se quiere caer en errores de continuidad. De nuevo se va a hacer uso de los anuales protagonizados por Capitán América, Thor, Los Cuatro Fantásticos y Los Vengadores, y, una vez más, la figura de Roy Thomas se va a erigir como director de orquesta junto a otro grande de la editorial, Mark Gruenwald. La Visión ha desaparecido al buscar una parte de su cuerpo que se encontraba perdida. Algunos de sus compañeros en Los Vengadores van en su busca terminando perdidos en las corrientes temporales. Siguiendo las pautas propias de este tipo de eventos, las dos formaciones empezaron con mal pie para después unir fuerzas y aliarse contra una amenaza común. De nuevo, nombres como los de Larry Alexander, Geof Isherwood o Herb Trimpe (emulando el trazo del icono noventero por excelencia, Rob Liefeld) darán buena cuenta del apartado gráfico de la historia.

‘La obsesión por coleccionar’ ofrece un buen número de páginas de puro entretenimiento, historias que van directo al grano sin detenerse demasiado en el camino que las lleva hasta ahí. Una entrega con la que Panini vislumbra en el horizonte La Encrucijada, el canto del cisne de un Bob Harras que, a pesar de las críticas, consiguió una mezcla más que atractiva en su etapa al frente de Los Vengadores. Antes podremos disfrutar de Operación: Tormenta Galáctica, otra aventura clásica que deja muy claro que estamos ante un material que cuenta con un público lo suficientemente entusiasta como para esperar con ganas y cierto ansia otras sagas míticas como la del clon de Spiderman o todo lo referido a la etapa mutante dirigida por Scott Lobdell. Sí, la cosa promete emociones fuertes.