COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

El western, más vivo que nunca

Western portadas-1

Con ejemplos pasados del calibre de las muy longevas ‘Blueberry’ y ‘Tex’ —parece que la primera intenta resistir más allá de la muerte de Jean Giraud por más que lo realmente bueno de la serie fuera lo que el maestro dibujó— u otros como ‘Durango’, ‘Jim Cutlass’ y, en nuestra tierra, de las enormes ‘Sunday’, ‘Mac Coy’ o ‘Manos Kelly’, podría parecer que el western, más allá de las aventuras de los dos primeros personajes, es un género de poca relevancia actual en el mundo del noveno arte. Podría parecerlo, pero sería una apreciación que, a la vista de los dos títulos que hoy os traemos, estaría muy alejada de la realidad. Porque si algo demuestran tanto el segundo volumen de ‘Texas Cowboys’ como el primer álbum de ‘Undertaker’ es que, por mucho que el género fuera explorado hasta la saciedad en el cine, y por mucho que los ejemplos antes citados establezcan un panorama que cubre un vasto terreno de los arquetipos asociados a las historias situadas en el lejano oeste, la inventiva y la pasión de los amantes del género es capaz de hallar nuevos territorios antes inexplorados.

En el caso de la serie ideada por Lewis Trondheim y dibujada con una maestría espectacular por Matthieu Bonhomme, dichos territorios no se cuentan tanto por la originalidad de lo que se narra —que también se lleva su cuota, no creáis— como, en realidad, por cómo se narra. Una cualidad que ya comentamos cuando, hace un par de años, os hablamos del primer volumen editado por Norma dentro de la colección Nómadas —la IMPRESCINDIBLE colección Nómadas, cabría apostillar—: el que, dispuestos de forma aparentemente anárquica, esos relatos cortos con los que el guionista va dibujando su aproximación al Far West, se alzaran como la apuesta más llamativa de tan fascinante lectura.

Una lectura que, además, no tiende a acomodarse en el abuso de los estereotipos ligados al western —aunque no renuncie a ellos por completo— y que, al intentar apartarse de los mismos, consigue establecerse como una fresquísima aproximación a las polvorientas praderas y mugrientos salones que de forma inmediata vienen a nuestra memoria visual al hablar de este tipo de historias: con un periodista y escritor como protagonista más o menos principal, una joven inconformista con el papel de la mujer en un mundo de hombres, un violento mastuerzo que sólo sabe medir su valía por el alcance de sus puños y un veterano de guerra manco que cuenta mil dispares historias de cómo perdió su brazo, rendirse ante el genio que despliega Trondheim es tan inevitable como hacerlo hacia el talento que Bonhomme maneja en unas planchas asombrosas en las que sobresalen unas espléndidas caracterizaciones de personajes y un uso del color impresionante.

Western interior

Superiores cualidades gráficas podemos extraer si cabe de ‘Undertaker’ considerando que el nombre que firma sus planchas es el de Ralph Meyer, el ARTISTAZO que nos ofreciera hace años esa obra maestra de la ciencia-ficción aviñetada que es ‘IAN’ —al menos a servidor le parece magistral— y cuya primera colaboración con Xavier Dorison nos había dejado ese espectacular tebeo de aventuras vikingas que fue en 2014 el ‘Asgard’ que Norma nos trajo en un integral más que imprescindible. Un calificativo éste en el que no sería muy descabellado incluir, por mucho que quizás sea demasiado temprano para hacerlo, a las aventuras de Jonás, el enterrador que es «algo más que eso» al que dan inusitada vida los lápices de Meyer y el color del francés y Caroline Delabie.

Cambiando por completo de ambientación, si algo demuestran las páginas de este primer álbum de ‘Undertaker’, máxime si las comparamos con las dos series citadas, es que el genio narrativo y gráfico de Meyer no conoce de límites. Ya estemos hablando de su total y completo dominio de la anatomía, caracterización y expresividad de personajes, ya lo hagamos de la forma en la que ambienta unas viñetas que nos transportan de forma inequívoca a un tiempo y una localización geográfica determinadas, ya nos refiramos a sus nítidos y precisos planteamientos narrativos o a la espectacularidad de sus encuadres….TODO en las páginas de ‘Undertaker’ vuelve a apuntar, como ya lo hicieran sus anteriores trabajos, a que al hablar de Ralph Meyer lo estamos haciendo de uno de los mejores artistas gráficos con que cuenta la BD francobelga y, por extensión, el tebeo del viejo mundo.

Afortunadamente, el trabajo de Xavier Dorison no se queda atrás, y el habilidoso guionista urde un relato con un protagonista principal de un carisma a prueba de las seis balas de un Colt’45 que nos recuerda, y mucho, al Mike Donovan que Charlier y Giraud crearan hace más de cincuenta años. Con un pasado turbio siempre al acecho, lo que Dorison —y Meyer, también acreditado como co-responsable de la idea original— consigue con ‘Undertaker’ es lo que uno siempre espera de un primer capítulo: personajes perfectamente definidos que, aún así, atesoran ciertos resquicios de misterio; una premisa de partida apasionante que se cierra con un cliffhanger de infarto y, por supuesto, las ganas de que llegue ya una siguiente entrega que, según parece, no va a demorarse en exceso.

Texas Cowboys vol.2

  • Autores: Lewis Trondheim & Matthieu Bonhomme
  • Editorial: Norma
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 152 páginas
  • Precio: 20,90 euros en

Undertaker 1. El devorador de oro

  • Autores: Xavier Dorison & Ralph Meyer
  • Editorial: Norma
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 56 páginas
  • Precio: 15,20 euros en

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