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V. Kingdom Come

Astiberri, abanderado de la libertad multicolor

Quizás el titular de esta entrada pueda pecar de exagerado porque, a fin de cuentas, basa su razón de ser en tres títulos que Astiberri ha puesto en circulación en las últimas semanas y no en una línea marcada a fuego en el espíritu de la casa bilbaína. Pero lo cierto es que, exageración o no, resulta cuanto menos encomiable que los chicos de la veterana editorial, que va camino de las dos décadas de edad, hayan volcado sus esfuerzos en parir tres volúmenes que sirvan de púlpito desde el que hablar sin tapujos de la libertad sexual y de género. Uno de ellos, ‘Llamadme Nathan’, ya fue objeto de análisis hace un par de semanas, y son los otros dos, ‘Dolores y Lolo’ y el primer volumen de ‘Heathen’, los que concurren hoy en estas líneas.

Y si me he decidido a tratarlos de forma conjunta no es precisamente por su elemento en común, ese claro objetivo de fondo de romper tabúes, frenar la cegadora sinrazón heterosexual y ser antena desde la que emitir una sonora señal carente de miedos y prejuicios a quién quiera escucharla —o leerla, en este caso—; sino por la enorme diferencia que separa al tratamiento de dicho mensaje que dan Ivan Batty y Mamen Moreu por una parte, y Natasha Alterici por la otra: los primeros, matando moscas a cañonazos con un humor bestia y por momentos de sal muy gorda; la segunda, a través de un relato cargado de simbología mitológica que hace de la sencillez y la delicadeza sus mejores valedores.

Eso sí, que nadie se piense que porque cada uno sea de muy diferente palo, voy a terminar inclinándome hacia un lado u otro debido a ello. Antes bien, y dejando de lado valorar de nuevo la manera en la que impulsan a deshacerse de ajadas y vetustas actitudes que perpetúen la torva mirada hacia todo lo que se salga de una inexistente «normalidad», hay que rendirse a la evidencia de que, ya por las carcajadas que uno se echa con el sano cachondeo que exuda el tebeo de Batty y Moreu, ya por lo evocador y sutil de las viñetas de Alterici, son ambos volúmenes instantes más que recomendables de lo que llevamos leído a lo largo de estos primeros cuatro meses de 2019.

En el caso de la recopilación de páginas previamente vistas en ‘El Jueves‘, Batty y Moreu nos acercan a una abuela muy particular y a una nieta aún más extravagante de cuya combinación sale una lectura descacharrante: la anciana, arquetipo de señora mayor de cerrados esquemas mentales, tendrá que copar con la intrusión en su tranquila existencia, animada únicamente por las partidas de cartas con las amigas y los cotilleos allí compartidos, de su nieta, una poliamorosa bastante descocada que pondrá patas arriba el mundo de su yaya. Completando el plantel de actores todo un rosario de arquetipos muy bien tratados sacados de todos los rincones del mundo LGTB, lo que más convence de ‘Dolores y Lolo’, más allá de las carcajadas que están presentes a lo largo de toda la lectura, es, de una parte, la evolución que sufre la abuela y sus hilarantes amigas, a las que les falta poco menos que abrazar el huracán de aire fresco que viene de mano de los jóvenes que prorrumpen en sus vidas; y, de la otra, los dardos envenenados que los autores lanzan contra todo lo que se les pone por delante.

Por el contrario, ‘Heathen’ trabaja un mensaje similar, no ya desde la fantasía nórdica que elige su autora para enarbolar el mensaje que pretende transmitir, que también, sino desde un tratamiento mucho más sutil y por momentos hasta imperceptible que, elegante en grado máximo, llega quizás con mayor intensidad si cabe que el que ofrecen los autores españoles: utilizando a Odín, las Valquirias y a una mujer dispuesta a librar a una de ellas del tormento al que lleva sometiéndola el padre de los dioses desde hace siglos, Alterici hilvana un relato en el que épica e intimismo se dan la mano sin fricciones para conseguir un claro objetivo, llegarnos al corazón y que este se llene de emociones que van desde la ira hacia las actitudes patriarcales a la pasión por la vida con que la artista estadounidense impregna sus vibrantes planchas.

Publicado en Estados Unidos gracias a la ayuda de Kickstarter, el éxito del primer volumen de ‘Heathen’ propició, al año siguiente de la aparición del primero en la página de micromecenazgo, que Alterici impulsara un segundo que a fecha de diciembre de 2018 todavía no se ha terminado. La causa de ello es que la artista padece RSI —Repetitive Strain Injury o, como creo que también se la conoce, «enfermedad del ratón», una lesión debida a repetidos movimientos como los que padecen muchos usuarios de ordenadores— y, debido a dicha afección, ha ido ralentizando su ritmo de producción hasta tal punto que hace poco anunciaba que el último arco argumental de la serie ya no será suyo en lo que respecta al dibujo. Esperemos que el artista escogido esté a la altura de las circunstancias y que su inclusión no reste sino sume al espléndido e inclusivo imaginario que, reinventando en buena parte la mitología vikinga, ha logrado sorprendernos y maravillarnos a partes iguales.

Dolores y Lolo

  • Autores: Ivan Batty y Mamen Moreu
  • Editorial: Astiberri
  • Encuadernación: Rústica con solapas
  • Páginas: 112 páginas
  • Precio: 15,20 euros en

Heathen 1

  • Autores: Natasha Alterici
  • Editorial: Astiberri
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 112 páginas
  • Precio: 15,20 euros en

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