Kieron Gillen MOLA. Y no lo digo como una apreciación personal porque, como podréis imaginar, no he tenido la oportunidad de tener un tête a tête con el guionista británico. La afirmación se ciñe al estricto ámbito profesional. De hecho, si así lo quisiera, se podría circunscribir de manera exclusiva a lo que el escritor desarrolló en ‘The Wicked + The Divine‘, una serie que, como ya dijimos por aquí hace unos meses, es de esas que cuanto más se lee más se disfruta y cuanto más se redescubre más magistral nos parece. Pero Gillen no limita su buen hacer a la cabecera de Image y muchas son las alegrías que nos ha dado a los lectores en el seno de la Casa de las Ideas. Entre ellas, a destacar, dos: ‘Jóvenes Vengadores‘ —de la que hablamos hace un par de años por estas líneas— y, por supuestísimo, el ‘Loki. Viaje al misterio‘ que, después de una década desde su aparición, recupera Panini en un contundente volumen de cerca de 800 páginas que lo mismo te sirve como entretenimiento supino que como complemento para entrenar en casa…
Por más que, en su momento me parecieran geniales, desde que leyera estás páginas hace una década no me había vuelto a acercar a ellas. Bien es sabido, que para eso suelo comentarlo de tanto en tanto, que mi capacidad para leer está completamente limitada a lo que sea que las editoriales me hagan llegar, y prueba de ello son las decenas de volúmenes que aguardan en mis estanterías el momento en que pueda dedicarles el rato que se merecen. Afortunadamente, de cuando en cuando los astros se alinean y lo que se dispone en la pila de pendientes coincide con algo que llevo tiempo queriendo revisar, y a fe mía que ‘Loki. Viaje al misterio’ se ajusta a la perfección a ese esquema y deja, como resultado de dicha revisión, sensaciones que incluso superan a las muy notables que, si mi memoria no me falla, instilaba hace años.
La responsabilidad principal de ello —de hecho, estimaría que es responsabilidad en un 80%…ahí es nada— recae en Kieron Gillen y en la capacidad del guionista para contar cuentos. Porque, en esencia, eso es lo que ofrece ‘Loki’, un enorme cuento en el que un héroe —vale, habría que matizar muchísimo la definición de héroe para acoplarla al Dios del Engaño, pero aún así, tal y como se nos presenta aquí, nos apetece caracterizarlo como tal— vive aventuras mil mientras busca su identidad. En esa búsqueda, llena de mentiras y autoengaños —que Loki no sólo miente a los demás…— resultan esenciales unos secundarios que, a poco que así lo queramos, conforman un elemento tanto o más interesante que el propio hermanastro de Thor. Gillen lo sabe —y es una lección que ha impartido a conciencia en cada proyecto en que ha tenido ocasión—, y a cada opción que tiene, traslada el foco de atención de la narración a Volstagg, Mefisto, Hela, Leah, el pajarraco Ikol o Thori…un can que después tendrá su buena dosis de protagonismo en las páginas del ‘Thor‘ de Jason Aaron.
Jugando pues a alternar el centro constantemente, pero sabiendo siempre que el verdadero centro es Loki, los sutiles diálogos de Gillen, cargados de matices —que se aprecian mucho mejor en inglés, huelga decirlo— sirven al delicioso propósito de dejarnos encandilar por la magnética personalidad del protagonista y, al hacerlo, que seamos capaces de contemplar su figura como la mezcla entre perfidia, maldad, bondad y tragedia que siempre se han dado cita en tan maltrecha y desdichada deidad. Cargando asimismo las tintas en que, tanto en sus reflexiones como en sus acciones, Loki se mueva en la fina línea entre su niñez y la edad adulta, no es el aspecto gráfico —al menos no para el que esto firma— el plato fuerte de la cabecera. Para empezar, por el considerable baile de nombres que se dan aquí cita, algo que, como he comentado en más de una ocasión, «me mata». Para continuar porque, dispares en estilos y recursos, no todos ellos resultan igualmente brillantes en su adaptación a las necesisades del guión. Y, para finalizar, porque, de todo el elenco de nombres que figura en estas páginas, servidor sólo apuntaría a Alan Davis como artista a la altura de las circunstancias: ni Doug Braithwaite, ni Richard Elson, ni Whilce Portacio terminan de cuajar a ojos de este redactor, y sólo Carmine Di Giandomenico alza cierto vuelo con su muy reconocible estilo.
Ahora bien, que nadie se lleve a engaño. Que ninguno de los mencionados artistas de la talla a ojos del que esto suscribe no es óbice para valorarlos en la medida de lo que cabe ni mucho menos para, como sí pasaría probablemente con otro tebeo de superhéroes, tener la excusa perfecta para no recomendarlo. Antes bien, vaya desde aquí mi más efusiva recomendación para con unas páginas que, autocontenidas y BRILLANTES, conforman la mejor aproximación hecha jamás a la figura de Loki. ‘Nuff said!!!!
Loki. Viaje al misterio
- Autores: Kieron Gillen, Doug Braithwaite et al.
- Editorial:Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 768 páginas
- Precio:45 euros