'Liga de la Justicia Oscura. La hora bruja', España en DC

A golpe de viñeta extraordinaria y página maravillosa, no parece casualidad ni fruto del azar el que los créditos de este volumen con el que ECC recopila el primer y espléndido arco argumental de la nueva encarnación de la Liga de la Justicia Oscura, estén atestados de nombres españoles. De hecho, en una jugada que nos parece espléndida, la editorial se ha preocupado en remarcar dicha circunstancia enumerando a todos los nombres de nuestro país que colaboraron en levantar los números aquí incluidos aunque, cosa poco habitual, no sean dibujantes sino entintadores como Raúl Fernández o Juan Albarrán. El mensaje, por otra parte, es clarísimo: hoy por hoy es imposible no pasearse por DC o Marvel sin cruzarse, en las colecciones más punteras de ambas casas, con algún compatriota. Por poner un ejemplo de sendas editoriales, ahí tenemos a Jorge Jiménez dándolo todo mes a mes en las páginas de ‘Batman‘ o a Javier Rodríguez que, después de habernos dejado atónitos con sus planchas para ‘Historia del Universo Marvel‘, está repitiendo hazaña con su trabajo en las páginas de ‘Defensores‘.

Resultado de un proceso que acumula ya tres décadas —las que han transcurrido desde que nuestros Carlos Pacheco, Salva Larroca y demás coetáneos, dieran el salto al otro lado del «charco»— la calidad de lo que podemos observar en las páginas de ‘Liga de la Justicia Oscura. La hora bruja‘, sobre todo en lo referente a Álvaro Martínez Bueno y Jesús Merino, es de esas que cabría que calificar de «a prueba de explosión atómica». Esto no es nada sorprendente si tenemos que hablar del granadino afincado en Algeciras, puesto que es uno de esos artistas que lleva casi treinta años demostrando su buen hacer a los lápices —y tintas— en innumerables colecciones; pero sí sorprende, más o menos, cuando nos referimos a Martínez Bueno, un dibujante que este redactor conoció en las páginas del ‘Detective Comics‘ de Tynion IV y que aquí explota con una fuerza asombrosa que, mejorando la espectacularidad que ya le viéramos en la «otra colección de Batman», no sirve ni de lejos para prepararnos de cara a lo que ahora mismo está ofreciendo en la impresionante ‘The Nice House on the Lake’: cuidado, detallado y de una espectacularidad pasmosa cuando llega la hora de dejarse llevar por las típicas splash pages del cómic yanqui, el derroche de talento que ofrece aquí el artista español es de esos que, por sí sólo, justificarían de sobra la adquisición de este volumen.

Afortunadamente, el guión de Tynion IV es soberbio, y el planteamiento, no ya de la formación que compone la Liga de la Justicia Oscura —que a fin de cuentas le venía dada—sino del partido que se saca de las sinergias que el escritor va extrayendo de Wonder Woman, la Cosa del Pantano, Zatanna, Man-Bat y el Detective Chimp, se establece como sustrato sobre el que construir un entramado en el que, por momentos, parece que se va a ignorar de manera flagrante el status quo para poner en verdadero peligro de muerte a nuestros héroes. Eso, unido al horrible villano que se saca de la manga —ese Hombre del Revés—, al hecho de que la magia esté muriendo y que el grupo sea el único que pueda impedirlo, a la aparición de figuras como las de John Constantine o el Dr. Fate —¿qué sería de un cómic de magia de DC sin ambos?— o, llegado el momento, de la mismísima Hécate, anima una lectura que siempre se las apaña para hacer su devenir inexcrutable, para plantear situaciones de las que nos dejan el corazón en un puño y para resolverlas de maneras que nunca resultan convencionales hace de la estancia del guionista en la colección un hito más en una trayectoria que, a día de hoy, se antoja imprescindible para los amantes del Universo DC.