‘Hit-Girl en Hong Kong’, otra entretenida gamberrada

Quinta entrega de las aventuras en solitario de Hit-Girl  —recordemos que, con anterioridad, el personaje creado por Mark Millar ha paseado sus huesos y su mala baba por Colombia, Canadá, Roma y Hollywood— ‘Hit-Girl en Hong Kong’ no es más que una nueva muestra de que, a la hora de contar con nuevos equipos creativos que expandan la leyenda de su joven anti-heroína, Millar prima la gamberrada por encima de cualquier otra disquisición. A fin de cuentas, la personalidad de este proyecto por «temporadas» ha estado clara desde que él mismo lo inaugurara con ‘Hit-Girl en Colombia‘: ofrecer un «no barrels hold» en constante ascenso que se corte muy poco en términos de casquería y hemoglobina y que, cuando la lectura se ha terminado, nos deje una sonrisa de oreja a oreja y ganas de más entretenimiento (algo) descerebrado y (MUY) brutal.

Bajo esa idiosincrasia, poco importa que Mindy esté en Canadá, en Roma o «en la China» cuando, como copias iteradas de un mismo molde, lo que aquí conjuran Daniel Way y el gran Goran Parlov es «más de lo mismo». ¿Importa que así sea? POQUÍSIMO: lo que en otro cómic sería una seria traba para su total disfrute, aquí se convierte en virtud fundamental de un arco argumental a otro por saber qué nuevas cafradas se sacará el guionista de turno para superar las que hemos visto con anterioridad. Y a fe mía que lo que Way ofrece aquí, metiendo de lleno a Hit-Girl en una red de tráfico de drogas, secuestros y extorsiones, deja muy clarito desde su sanguinolenta portada que no se va a amedrentar mucho. Parlov tampoco lo hace a los envites del guionista: acostumbrado como está a tener que lidiar con las salvajadas de Garth Ennis, el dibujante croata se luce con su característica narrativa clara y concisa que, espectacular en caracterizaciones de personajes, vuelve a convertirse en un espectáculo asombroso como el que ya le contempláramos en las páginas de ‘Castigador’ de la mano del irlandés.

Eso sí, aviso para navegantes, lo que hasta ahora parecía haber sido norma en la colección se romperá con una sexta —y hasta ahora última temporada— que, de la mano de Peter Milligan y Alison Sampson, no me convenció en absoluto en su primera y serializada lectura. Veremos si, cuando Panini la publique en tomo y sea revisada, dicha pobre impresión cambia para mejor.