'Historias de Ulis: la estrella', orejas cortas

Un ratoncito de campo y una estrella. Un dúo que parece más que adecuado para una fábula, de esas que poder leer al más pequeño antes de ir a la cama para preguntarnos, mientras se le cierran los ojos, si le quedará algo de una moraleja de esas por las que no pasa el tiempo. Pero para disgusto de aquellos que todavía piensan que las historias de animalitos parlantes son para niños (y que evidentemente no han disfrutado de un clásico como ‘Fritz The cat‘) esta no es una historia de esas, sino un oscuro cuento en torno a una familia de roedores que solo aspira a sobrevivir.

‘Historias de Ulis‘ es la crónica de una obsesión. No a una droga, ni al juego o al sexo, sino a algo tan inocente como puede ser la belleza de una estrella. Sin embargo esta fascinación oculta el mismo peligro que adicciones en inicio más crueles, cuando nuestro protagonista, el ratón Willem, deje de emprender la peligrosa tarea de buscar alimento para su familia, una odisea que le hace enfrentarse cada día a toda clase de depredadores y que ya le ha arrebatado la vida a algún ser querido, para rendirse a la belleza del momento. Una fábula, sí, cuyo reflejo en el mundo real no se nos escapa, inclemente y cruel, más apta para adolescentes creciditos y adultos que para el pequeño lector de cuentos.

Recurriendo a una monocromía sepia para centrarse en un trazo que no renuncia a las líneas de apoyo pero que alcanza gran virtuosismo, con un poderoso uso de las sombras y el contraste entre tonos, ‘Historias de Ulis: la estrella‘ se sitúa en más de una plancha más cerca del libro ilustrado que del cómic, renunciando a los diálogos o recurriendo únicamente a las onomatopeyas. Un ejercicio de virtuosismo no lejano en espíritu a los clásicos cuentos infantiles ilustrados y que constituye buena muestra de la mano de Angel Unzueta, un artista que ha trabajado en franquicias como Star Wars o la línea DC pero que aquí nos regala un trabajo terriblemente personal.

‘Historias de Ulis: la estrella’ es una obra tan hermosa como sobrecogedora, pero para cuyo disfrute sería mejor tener en cuenta aquello de manténgase fuera del alcance de los niños.