Neil Gaiman es uno de esos nombres que concita tanto interés a su alrededor que podría afirmarse, desde ese dominio de la exageración bien entendida que tenemos los andaluces, que «hasta lo que haya escrito en papel higiénico verá algún día la luz en algún volumen recopilatorio». Y a los hechos que hoy os traemos me remito: un volumen de pocas páginas, que se lee en un suspiro —que es Gaiman, señores, no es un cualquiera—, que está compuesto por historias de duración variable —una de ellas, la de Ricitos de Oro, roza lo rídiculo por su brevedad— y que, a la postre, no recoge a un Gaiman en su mejor estado por más que, como suele decirse, un Gaiman menor es un guionista cualquiera pariendo su obra maestra. ¿No?
Dejando de lado esa suerte de broma sucinta que es el relato de Ricitos de Oro y la humorada que suponen las páginas completas de Paul Chadwick mientras Gaiman da alas al fin del mundo visto desde muy diferentes puntos de vista; este ‘El problema de Susan y otras historias‘ tiene sus dos pesos pesados, primero, en la historia que da nombre al volumen, protagonizada, no por una Susan cualquiera, sino por una anciana Susan Pevensie, esto es, uno de los hermanos Pevensie salidos de la imaginación de C.S. Lewis y protagonistas de Las crónicas de Narnia’. Dibujado por un correcto P. Craig Russell, el tono melancólico con el que Gaiman reflexiona acerca de la vida que habría llevado la única superviviente de los hermanos después de que Lewis los matara a todos en un accidente de tren en ‘La última batalla’ se mezcla con imágenes algo turbadoras —el león y la bruja manteniendo relaciones sexuales— impregna una narración que depende en cierto modo en el apego que uno pueda tener hacia el trabajo del literato inglés y el mundo de Narnia. Sin esas ataduras —que no concurrían en este redactor—, se aprecian las intenciones de Gaiman, pero no en su totalidad.
Donde sí creemos que reside la grandeza plena de estas 88 páginas es en las páginas en las que los meses del año se sientan alrededor de una hoguera para contar historias: en éstas, es muy fácil reconocer al mejor Gaiman, ese que juega con el lenguaje a placer, que encuentra ideas donde otros sólo saben ver sombras indiscernibles y que consigue hacer cercanos a personajes que, en manos de cualquier artista que no fuera él serían constructos con poca o nula personalidad y aún menos carisma. El dibujo de Scott Hampton, sin ser nada del otro jueves, se adapta a la perfección a las sencillas necesidades de un relato basado al 99% en la palabra y cada nueva historia que sale de la boca de uno de los meses, nos fascina más que la anterior. Con la pregunta colgando en el aire de cuál será la de noviembre, se hace muy evidente, al menos a nuestros ojos que, por muy manida que sea la conclusión que vamos a ofrecer, es este uno de esos volúmenes pensados para los fans más acérrimos del oriundo de Portchester. No decimos que el resto os tengáis que abstener —ya nos libraríamos— pero sí que hay mejores escaparates del talento de Gaiman que estas pequeñas píldoras.
El problema de Susan y otras historias
- Autores: VVAA
- Editorial: Planeta Cómic
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 88 páginas
- Precio: 16,95 euros