‘El poder del fuego vol.1’, dos genios codo con codo

No son muchas, no, pero a lo largo del año, y en lo que se refiere a novedades U.S.A, hay veces que nos lo ponemos muy fácil en lo que se refiere a allanarnos el camino. ¿Que a qué me refiero? Pues a esos títulos que terminan formando parte de nuestra selección anual y que, al aparecer en castellano, ya cuentan en la página con una mención tan relevante a nuestros ojos como la que supone el haber sido reconocida, entre toda la vastedad de las novedades yanquis, como una de las mejores. Huelga decir que, obviamente, ese es el caso de ‘El poder del fuego‘, de la que dijimos a finales de diciembre esto que ahora os incluimos:

Robert Kirkman y Chris Samnee. No hacía falta mucha más información para que lo esperáramos todo y más de este cómic de artes marciales y fantasía que, además, se iniciaba con una novela gráfica de 160 páginas en al que se narra, a modo de preludio, todo el trasfondo y origen del personaje principal de la cabecera. Una apuesta que se salda, como no podía ser de otra manera, con una lectura enérgica, entretenida a rabiar y con unas páginas de Samnee que no hacen sino rubricar, por enésima vez, el TALENTAZO narrativo del dibujante.

Y esas 160 páginas son las que, precisamente, nos traen ahora los chicos de ECC después de haber dado la campanada con el acuerdo de publicación al que han llegado con Robert Kirkman. Un acuerdo que supondrá la publicación paulatina de todo lo que Skybound tiene que ofrecer y que ya se ha empezado a saldar con nuevas ediciones de los dos buques insignia del estudio: ‘The Walking Dead‘ e ‘Invincible‘. Dos buques que, a poco que ‘Fire Power’ continúe por los derroteros que ha transitado hasta ahora, ya en este prólogo, ya en los nueve números de serie regular que llevamos leídos con máximo interés, se terminaran convirtiendo irremediablemente en tres. Y es que, en palabras de mi compañero Mario: «‘El poder del fuego’ es la mejor serie U.S.A que me estoy leyendo ahora mismo«. Ahí queda eso.

Como apuntábamos en diciembre, la cabecera de Kirkman y un Chris Samnee que nos tiene encandilados hasta decir basta, gira en torno a las artes marciales y a un héroe llamado Owen Johnson, un huérfano criado en Estados Unidos que, al comienzo de estas páginas vaga por la cordillera del Himalaya en busca del Templo del Puño Flamígero, un lugar que recuerda mucho a otros templos perdidos en el techo del mundo como el Nanda-Parbat de Deadman o el recóndito sitio al que va a parar Stephen Strange y que, cuidado, será motor constante de toda lo que hasta ahora llevamos visto de una historia en la que Kirman, sobre todo, se ciñe a una máxima: pasárselo bomba y hacérselo pasar bomba a los lectores. A fe mía que lo consigue…y de qué manera.

Las páginas de ‘El poder del fuego’ no se leen, se devoran. Hay algo en ellas, una suerte de magia especial que retrotrae al lector a otros tiempos, que provoca que no queramos que la fiesta se termine y que, a través de unos personajes sobre los que afirmar que son carismáticos sería quedarse muy cortos —ese maestro Lun que tanto nos recuerda a una versión del señor Miyagi…convenientemente pasada por el filtro de fantasía que envuelve a todo el conjunto, claro—, nos lleva en una constante montaña rusa que, insistimos, por ahora no ha conocido bajón alguno en su empeño de ofrecer un escapismo de PRIMERA CLASE.

Y en ese esfuerzo, no lo íbamos a dejar de volver a nombrar, Chris Samnee está ofreciendo un recital de poderío narrativo que NO.ES.NORMAL. El estilo cartoon del dibujante, que todavía no ha conocido proyecto que no haya llevado a cimas impresionantes, y una narrativa dinámica a rabiar son los dos máximos valedores de unas páginas asombrosas y espectaculares que, bajo ese maravilloso estilo cartoon del artista, nos dejan instantes como todo el enfrentamiento final, que encima trae a la memoria a ‘Dragonball‘ y, al hacerlo, no hace sino añadir una muesca más en la suma de grandezas que acumula este fantástico proyecto. Cuidado, que nadie se lleve a engaño, no es un tebeo de los que «va a cambiar vuestras vidas», pero, honestamente, ni falta que le hace. Desde ya…bueno, desde que leímos el año pasado este prólogo, una de nuestras series favoritas de lo que nos llega del otro lado del charco, que no es poco.