Resulta imposible tener que acometer la reseña de un libro salido de los hornos de Nuevo Nueve y no hacer mención específica a lo inabarcablemente exquisito de sus ediciones. Tanto es así que, sin querer parecer un exagerado, me atrevería a afirmar que, hoy por hoy, sus libros son los más cuidados de cuántos ven la luz en el panorama español del noveno arte. Tomemos por ejemplo, que para eso este es su espacio, esta ‘El espíritu de Lewis‘ que hoy nos ocupa: un exterior sublime, que grita «lujo» desde las estanterías de nuestra tebeoteca y un interior que no le va a la zaga, con papel de alto gramaje que contrasta, y de qué manera, con mucho del material que nos llega desde el otro lado del charco, especialmente en lo que a Marvel, y su política de TPB’s-que-parecen-Prestigios-por-su-grosor-pero-siguen-costando-igual-o-más-que-lo-que-un-recopilatorio-costaba-hace-bien-poco.
Encantados pues como estamos por el mimo que Ricardo Esteban y compañía ponen en cada nuevo título que sale por sus puertas, no podemos, eso sí, dejarnos llevar por nuestro perpetuo embelesamiento a la hora de valorar, en su justa medida, aquello que albergan las páginas de dichos títulos. Y, en el caso de ‘El espíritu de Lewis’, dicha valoración pasa por separar, casi por completo, lo que opinamos acerca de su magnífico dibujo y aquello que nos llevamos de un guión que funciona, pero no de manera plena: sin querer revelar nada de la trama más allá de la descripción oficial que podéis encontrar en la página de la editorial —o en mil y un sitios más—, hay un par de detalles que no nos han terminado de convencer de la forma en la que Lionel Richand desarrolla la premisa de partida de esta curiosa historia de amor entre el más allá y nuestra realidad. Primero, su extensión, que por momentos se antoja excesivamente prolongada para lo que se nos quiere contar, con un nudo de la narración que se extiende en demasía para lo que, humildemente, creemos que el relato hubiera necesitado. Segundo, el giro final, algo rebuscado —aunque hay que admitirle que poco o nada legible a distancia— y, aquí y allá, en poca consonancia con el resto de la lectura.
Más allá de esos «detalles», que acaso pudieran provocar un sentimiento de rechazo en según qué tipo de lector, ‘El espíritu de Lewis’ triunfa en su rescate de la esencia gótico-victoriana que impregna todo el conjunto de principio a fin, recordando en según qué términos a esa obra maestra de la literatura de la época que es ‘El retrato de Dorian Gray‘ de Oscar Wilde. De hecho, tal y cómo queda definido el protagonista en manos de Bertrand Santini —que se deja la piel en dotar a las páginas de una atmósfera enrarecida, cargada de detalles que bordean en lo rococó bajo una paleta cromática fascinante de principio a fin— es inevitable pensar constantemente en el faustiano personaje central de la novela de Wilde y en su funesto destino mientras vamos adentrándonos en la torturada psique de Lewis Pharamond. Queda así este volumen como una lectura entre dos mundos que recomendamos, eso sí, a aquellos que gocen de las atmósferas bien construidas y de lo fantasmagórico y ultra-terrenal.
El espíritu de Lewis
- Autores: Lionel Richand y Bertrand Santini
- Editorial: Nuevo Nueve
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 168 páginas
- Precio: 25 euros