'Juez Bao y el Fénix de jade', asombrosamente bello

Como ya pudimos comentar con él cuando visitamos las instalaciones de la editorial a finales del año pasado, y como hemos comentado una y otra vez casi a cada ocasión en que se ha hablado de Nuevo Nueve por estos lares, el nivel de producción que ostentan los libros que publica Ricardo Esteban está muy por encima de la media de lo que se puede encontrar en nuestro país en términos de tebeos. Y para no irnos por los cerros de Úbeda y comenzar aquí a rescatar, en forma de enlace, todas aquellas instancias en que hemos alabado el exquisito gusto del editor y su insistencia por que el material que sale de su «casa» tenga el mejor acabado, quedémonos con el ejemplar botón de muestra que es este ‘Juez Bao y el Fénix de jade‘ que hoy os traemos: no sólo impresiona su acabado exterior con los estampados en oro que lucen inigualables, sino que, a poco que abramos el tomo, lo que encontraremos es un papel de gran gramaje que soporta una reproducción exquisita de los muy impresionantes dibujos de Chongrui Nie.

Tamaño calado tienen las ilustraciones del muy veterano artista indio —asombrado me he quedado al averiguar que tiene 78 años—, que cabría afirmar sin miedo alguno que ‘Juez Bao’ es uno de esos tebeos que uno podría comprar perfectamente por el dibujo aunque el guión fuera una soberana mierda. Y no, no estoy exagerando: pasear la vista por el portentoso nivel de detalle al que llega el artista de Calcuta, detener la mirada en la profusión de líneas que definen sus escenarios y personajes, apreciar la extrema expresividad de los mismos y dejarse llevar por el preciso fluir de su narrativa es todo un ejercicio cercano a deambular por un museo plagado de la más hermosa colección pictórica que uno pueda imaginar.

Con tanto peso volcado en la faceta visual, decíamos que poco hubiera importado que Nie hubiera puesto su talento al servicio de ilustrar un prospecto médico pero, afortunadamente, lo que Patrick Marty pone en juego en este relato es de una solidez considerable: crisol de un puñado bien nutrido de recursos, el guión de ‘Juez Bao’ es cómico cuando debe serlo, costumbrista cuando toca, intrigante en líneas generales —el personaje del juez que da título al tebeo es el motor que anima un entramado de asesinatos y falsos culpables— de y todo un dechado de virtudes en su empeño de resultar históricamente ajustado, algo que contagia a su compañero de fatigas y que convierte a la lectura en todo un viaje al pasado digno de encomio. A sabiendas de que habrá otro tomo más, que recopilará la segunda mitad de los seis que aparecieron en Francia hasta 2015, estamos ya ansiosos por hincarle la dentada a lo que sea que los autores nos tengan reservados y, si como sabemos, lo publicará Nuevo Nueve…aún más.