'El Asombroso Spiderman: Las Tiras de Prensa 4', el trepamuros, si diario, mejor

Hablar de tiras de prensa es hacerlo de un producto muy peculiar cuyas reglas parecen ir un poco por separado del lenguaje habitual de las viñetas. Obviamente, no es un “bicho raro”, pero debido a su estructura e idiosincrasia, las tiras deben contar con sus propios elementos para hacer que funcione todo lo que nos van a contar. Códigos distintos al comic-book mensual o a la novela gráfica ya que se debe mantener al lector enganchado usando una ración mínima de tebeo, creando continuos cliffhangers que ayuden a crear la tensión suficiente como para que sigamos ahí día tras día. El resultado suele verse representado en cantidades ingentes de dramatismo, derivando situaciones que nos mantendrá en vilo constantemente, sin dejar que bajemos la guardia ni un solo segundo. Un catálogo de recursos que, en su mayoría, vamos a poder encontrar en este ‘El Asombroso Spiderman: Las Tiras de Prensa Volumen 4 (1983-1984)’, una nueva entrega de esta versión del personaje que tan buenos resultados dio en su momento y que, ahora, no puede ser una lectura más adictiva precisamente por lo expuesto un poco más arriba, la acción se encadena sin pausa alguna, siendo una sucesión de tramas que parece no terminar nunca.

Quizás ahí debamos buscar para encontrar el motivo por el que estas tiras resultan un producto tan entretenido y disfrutable. El final de una de estas viñetas es retomado inmediatamente en la siguiente, sin comas ni puntos, solo se permite bajar tímidamente el ritmo cuando hay que hacer un cambio de escenario. Imagínense este nivel de frenesí gráfico y argumental en un comic de veinticuatro páginas, nadie podría aguantar su lectura sin sufrir algún tipo de afección cardiaca. Hay que tener en cuenta que al frente de este invento sigue el genial Stan Lee cuya capacidad para inventar tramas y situaciones pop no conoce límites, siendo muchos de estos dramas un poco más ingenuos que de costumbre, permitiendo al lector tener cierto escape cómico que le viene bastante bien a la lectura del volumen. De esta manera, no es de extrañar que muchos de los villanos contra los que se va tener que enfrentar Spiderman sean bastante simplones y de opereta, envueltos siempre en una atmósfera naif que, si sabemos el producto que tenemos entre manos, los convierte en un elemento entrañable y nada vergonzante.

Y, por supuesto, no deja de lado la parcela amorosa del personaje, pura salsa romántica de culebrón cada vez que hace acto de presencia el verdadero y único amorcito de Peter, Mary Jane. Tampoco se crean que, aparte de lo mencionado en los párrafos anteriores hay mucho más, el universo mostrado en estas tiras de prensa suele ser bastante más cerrado que el tradicional por lo que la inclusión de otros héroes invitados de La Casa de las Ideas va a tener lugar con cuentagotas. El relato que abre el volumen contará con Namor como “visita” estelar, propiciando una aventura que tendrá lugar en El Triángulo de las Bermudas y que tiene más en común con una película de terror que con un tebeo de superhéroes. Ni siquiera vamos a poder deleitarnos con el “uniforme oficial” del arácnido personaje por lo que todo girará en torno a un Peter Parker que se erigirá como cara visible de las tiras durante los cuatro meses que duró. El resto se mueve por aguas algo más tranquilas, algún que otro mafioso por aquí, un falso Spiderman por allá, un delirio amnésico por acullá y una advertencia del peligro que supone emplear demasiado tiempo delante de un videojuego. The Man seguía produciendo guiones a troche y moche, algo que se podía permitir si tenemos en cuenta el grupo de dibujantes que tenía a su servicio para plasmar sobre el papel todo ese torrente creativo, gente como Fred Kida, Floro Dery, George Tuska, Frank Giacoia, John Verpoorten o John Romita Sr. aportan unos lápices deliciosos que elevan el nivel de estas tiras hasta un nivel muy por encima de la media.