V. Kingdom Come

‘Dark Ride 1’, atracciones infernales

Joshua Williamson es uno de esos nombres que divide al fandom  —y a la crítica, claro. Están los que detestan su manera de abordar las historias cuando, según esgrimen algunos, parten de premisas muy interesantes que se encarga sistemáticamente de arruinar por la forma en la que escribe los diálogos y (mal) trata a los personajes. Y están los que, como servidor, aún admitiendo que no siempre da en el clavo  —más, decidme, ¿quién lo hace? —, no tienen tapujos a la hora de admitir que es un escritor que me encanta y que incluso en sus trabajos más «alimenticios», siempre hay algo que rascar que lo separa de la media. Ahora bien, no estamos aquí para sacarle las «vergüenzas» al escritor sino para alabar lo mejor que ha dado de sí en este mundillo. Y si de lo mejor hay que hablar, es inevitable nombrar a ‘Birthright‘, no como parte de aquellos títulos suyos que consideramos imprescindibles  —ahí entrarían también su estancia en ‘The Flash‘ (que, sí, que sabemos que es muy poco apreciada, pero nos da exactamente igual), su breve paso por ‘Robin‘…del actual Superman no podemos hablar porque, ya sabéis, continuidad y alergias… —sino como el trabajo más sólido que hasta la fecha nos ha presentado un autor que, en su unión aquí con el magnífico arte de Andrei Bressan, dejaba una historia de fantasía heróica que nos parece magnífica.

Con estos mimbres, es obvio pensar que teníamos muchísimas expectativas hacia la posibilidad de que ambos autores unieran talento de nuevo bajo una misma cabecera, algo que terminaba pasando el pasado 2022 con este ‘Dark Ride‘ cuyo primer volumen publica ahora ECC Ediciones. Una serie que hace muchas cosas bien, como pasaremos a ver a continuación pero que, a nuestro entender, ya gana una primera mano por alejarse de los planteamientos de fantasía de ‘Birthright’ y apostar por el terror que se esconde en las tétricas y truculentas atracciones del parque temático que sirve de telón de fondo a la trama. Aunque quizás, más que hablar de telón de fondo, habría aquí que apuntar a Devil Land como un personaje más, con sus singularidades y sus matices, en el sanguinolento Grand Guignol que, con pocos reparos, han ido construyendo los autores desde el primer número, en el que se nos presenta al citado parque, a los dos hermanos herederos del mismo, al misterioso padre que fundó tan terrorífico y exitoso lugar y a Owen Seasons, un joven que sufrirá en sus carnes lo que se esconde tras el cartón piedra y el metal.

Tanto es así, que será su hermana Summer la que realmente lleve la voz cantante a partir del segundo ejemplar de una cabecera que, como pasara con ‘Birthright’, no tiene ninguna prisa por apresurar el revelado de sus sorpresas, tomándose Williamson su tiempo para que todo lo que va aconteciendo se meta por debajo de nuestra piel y nos la ponga «de gallina». Bajo esa sosegada voluntad —que, cuidado, no quiere implicar que haya algún número en el que no pase nada, al contrario, siempre sucede algo que nos deja con ganas de muchísimo más— Williamson carga las tintas en el curioso cuadrado que conforman Arthur Dante, el patriarca, Samhain y Halloween Dante, los futuros herederos del parque y adultos mimados que han crecido teniéndolo todo, y la citada Summer, que no cesará en su empeño de saber qué le pasó a su hermano en las salas del Devil’s Due, la atracción más inquietante de cuantas cuenta el parque.

Sorpresa que va, sorpresa que viene y que mantiene nuestra indefectible atención a lo largo de la lectura, lo que no resulta nada sorprendente es que Bressan consiga estar, de nuevo, no a la altura de las circunstancias, sino muy por encima de éstas: el brasileño es un artista de lo más hábil y polivalente, jugando en las mismas ligas tanto en caracterización de personajes como en diseño de escenarios o en una narrativa precisa que sabe de qué recursos echar mano para hacer más efectivo el discurso del tebeo. Todo eso, unido al espectacular color de Adriano Lucas conforma, a nuestro entender, el cóctel perfecto para que nos hayamos subido a la montaña rusa que es ‘Dark Ride’ desde su primera entrega y ahí sigamos, pendientes mes a mes de lo que la colección quiera ofrecernos.

Dark Ride vol. 1: Billete al infierno

  • Autores: Joshua Williamson y Andrei Bressan
  • Editorial: ECC
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 128 páginas
  • Precio: 20.50 euros

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