Vale. Pregunta sin paños calientes: Si sólo pudieras elegir una de estas tres películas de los 80, ¿con cuál te quedarías: ‘Terminator‘, ‘Aliens‘ o ‘Depredador‘?. Complicado ¿eh?. Cada una es un clásico indiscutible en sí misma y generó longevas franquicias tanto en el cine como fuera de él, incluso mezclándose en la gran pantalla para gran regocijo de los amantes del cine descerebrado. Ahora bien, si limitamos el ámbito de la cuestión al cómic y repetimos la pregunta ¿con qué franquicia de las tres te quedarías en viñetas? Vale que, en comparación con los dos alienígenas por excelencia del séptimo arte, el cyborg del futuro inventado por James Cameron no ha tenido tanta suerte en la página impresa, conociendo muchos menos proyectos que aquellos que, aún hoy, siguen publicándose del xenoformo ideado por Giger o el letal cazador que por poco se lleva a Schwarzenegger por delante. Pero, insistimos, ¿hay alguna de entre las tres que resuene con mayor intensidad en vuestras filias? ¿Cómo? ¿Que respondamos nosotros también? De acuerdo. Es justo. La respuesta es muy obvia. NINGUNA. ¿Cómo os habéis quedado?
A ver, maticemos. Si es respecto a Terminator de lo que tenemos que hablar, nos encantó su debut en las viñetas de mano de Dark Horse, pero poco más. Si es de Alien de quien tenemos que opinar, ya os dejamos claro lo que nos pareció el Omnibus que Panini nos trajo hace unos meses con un buen puñado de relatos de los que, en la correspondiente entrada, nos decantábamos por un reducido grupo, algo que podríamos hacer extensible al resto de lo mucho que ha llegado a publicarse —e, insistimos, continúa haciéndose en Marvel. ¿Y qué pasa con Depredador? Pues tres cuartos de lo mismo: que se han llegado a escribir tantas historias alrededor de la raza extraterrestre, y tantas que dan vueltas al mismo esquema que nos trajo John McTiernan en 1987 que, sinceramente, a la hora de opinar sobre éstas, nos invade cierta apatía aunque, como veremos a continuación, haya alguna que se alce como digno entretenimiento…más que nada porque en las poco más de ¡¡1.000 páginas!! que contiene el Ómnibus publicado por Panini hay espacio para tanto que algo de lo que aquí se recopila es digno de mención.
De hecho, me tienta el ir directamente a aquello que servidor calificaría como lo mejor de la lectura, pero os voy a hacer sufrir un poco y que tengáis que continuar leyendo para averiguarlo. Y, para conseguirlo, nada mejor que centrarme en el considerable número de páginas que, en esencia, no son más que una iteración poco conseguida sobre el esquema de la cinta protagonizada por el fornido austríaco o, en menor medida, por aquella que interpretó Danny Glover y que dirigió Stephen Hopkins en 1990, cambiando la jungla sudamericana por la jungla de asfalto de Los Ángeles; esto es: tenemos a un grupo variopinto de personajes entre los que se encuentra un imparable héroe, de los que sufren golpes y encajan laceraciones, pero héroe a fin de cuenta, que se las tienen que ver con la implacable fuerza de la naturaleza que es la raza de los Depredadores, alienígenas cazadores que vienen a la Tierra en los años de más calor para cobrarse piezas a lo largo y ancho de nuestro planeta.
Podríamos hilvanar más fino si quisiéramos a la hora de ir caracterizando, una a una, todas las historias aquí contenidas pero es que, en esencia, (casi) todo lo que contiene el ‘Predator: La etapa original 1‘, se ciñe de manera bastante estricta a esto, sobre todo en lo que se refiere a lo que Mark Verheiden escribe en los tres arcos argumentales que siguen a Schaefer, un poli formato «armario ropero» que, oh casualidad, es el hermano de Dutch, el mercenario interpretado por Schwarzenegger en la cinta original. Tamaño arrebato de innovación no da para mucho, y da igual que Schaefer se enfrente a los letales extraterrestres en las calles de la ciudad —estableciendo no pocos paralelismos con el guión de ‘Depredador 2’—, en heladas latitudes o, de nuevo, en frondosas junglas, lo que encontramos, aliñado con diferentes condimentos para que no se le pueda tachar de mera copia es, no obstante, más de lo mismo. Además, el dibujo de Chris Warner o Ron Randall, efectivo sin más, no sirve para que al menos podamos emocionarnos con lo que visualmente nos ofrecen las páginas.
Trascendido pues ese considerable grueso de la lectura que se lleva como una tercera parte de la misma, y dejando de lado otras instancias de menor desarrollo y más limitaciones gráficas que son incluso más olvidables, hora es ya de apuntar lo que de salvable tiene este volumen. En primer lugar, por muy paradójico que pueda parecer, la adaptación de ‘Depredador 2‘, pero no toda ella, no, sino el primer número de los dos en los que la cinta se trasladó a viñetas por el mero hecho de contar con Dan Barry a unos lápices que, como siempre en el otrora dibujante de ‘Flash Gordon‘, son superlativos. De hecho, no os debería extrañar que la segunda historia a resaltar de este Ómnibus sea ‘Las sangrientas arenas del tiempo‘, en la que Barry no sólo dibuja —y de qué manera— sino que también se encarga del guión, saltándose esquemas cerrados y regalándonos un relato que pasa del presente a las trincheras de la Primera Guerra Mundial y que es digno de elogio por su intento de resultar —y conseguir— ser original. Por último, aunque sea casi una anécdota entre tantísima página, destacaríamos el enmudecido ritual de iniciación que escribe Ian Edginton y dibuja Rick Leonardi porque, aunque se lee en un abrir y cerrar de ojos, entronca de nuevo en la búsqueda de cierto hálito de originalidad del que huyen el resto de páginas.
Es definitivamente por esa razón por la que, saltando algo menos de treinta años en el tiempo, y situándonos en algún instante del pasado 2022, nos moló tantísimo el regreso de ‘Predator‘ a la página impresa que nos trajeron Ed Brisson y Kev Walker. Primero, porque está dibujado de magnífica forma por un artista que nunca defrauda, sometiendo el británico el relato del guionista a un ritmo visual endemoniado que tan pronto fragmenta la página como podéis observar arriba, en una narrativa clara y de marcada personalidad cinematográfica, como despunta con espectaculares splashs de esas que siempre resultan tan efectivas para llamar la atención de la mandíbula del lector y provocan que ésta se nos descuelgue unos centímetros por debajo de su posición natural. Aunque, como es natural razonar, los esfuerzos de Walker podrían haberse visto claramente comprometidos si no hubiera contado en su favor con un guión que, ante todo, trata de ser original y no repetir esquemas de cualquiera de las muchas historias que ya han contado con los Depredadores como actores involuntarios. Y ahí Brisson, nos lo vais a permitir, se sale.
Para empezar, el escritor se lleva la acción un punto indeterminado del cosmos, muy lejos de la Tierra, evitando así de partida las posibles comparaciones iniciales con cualquiera de los relatos más canónicos de Depredador. Para continuar, convierte a esta historia en una de venganza, con una protagonista intentando dar caza al bicho que acabó con su familia. Y creedme cuando os digo que funciona. Digo si funciona. Funciona a las mil maravillas, no ya porque huele y sabe a nuevo —no en términos generales, claro, que historias de venganzas estamos hartos de leer, pero sí en lo que al microcosmos de Depredador se refiere— sino porque Brisson se preocupa, y cómo, de dotar de un trasfondo palpable a la heroína de la función, haciendo de ella una versión «chunga» de la Ripley de ‘Alien’ por la que, obviamente, es de todo punto imposible no sentir una simpatía instantánea.
Quizá porque está escrita hoy y resuena mejor con nuestro yo actual. Quizá porque, seamos francos, las historias de los 90 estaban ideadas «de aquella manera». Acaso porque, simple y llanamente, el ‘Predator’ de Brisson y Walker es, de la manera más objetiva que puede ser, mejor que sus muchas predecesoras, henos aquí en disposición de afirmar que este volumen es, en nuestra humilde opinión, el mejor que, en viñetas —el mejor seguirá siendo siempre el que concibieron Jim y John Thomas— ha conocido un alien con casi cuarenta años a sus espaldas. Si este argumento no os convence, lo sentimos, pero no tenemos más que ofreceros.
Marvel Omnibus. Predator: La Etapa Original 1
- Autores: VVAA
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 1008 páginas
- Precio: 70 euros
100% Marvel HC. Predator 1
- Autores:Ed Brisson y Kev Walker
- Editorial:Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 160 páginas
- Precio: 24 euros