Planeta estrena en diciembre una de las series de superhéroes más esperadas de los últimos tiempos después de las buenas críticas recibidas en EEUU, el Booster Gold de Geoff Johns y Dan Jurgens. Se trata de una revisión más del personaje que, en los 90, parecía ser algo así como el más tonto de la JLE, también el más jeta. Sólo que ahora Geoff Johns no sólo ha querido tomárselo en serio, sino que, además, lo ha aprovechado para dar un repaso a la historia de DC.
Porque en Booster Gold lo que hacen los autores es jugar con algunos sucesos míticos en la historia de la editorial. Casi se puede decir que este cómic es un homenaje a Regreso al Futuro, pero ubicado dentro del Universo DC. Como la mítica película de los 80, tiene peculiares viajes en el tiempo, gente que trata de cambiar el pasado para su propio beneficio y muchísimo humor. Como en ella, la diversión impera.
Booster Gold, tras salvar al mundo en 52 (y que nadie se enterase) quiere convertirse en un superhéroe respetado, por lo que solicita a la JLA su incorporación al grupo. Pero esos planes quedarán en nada cuando Rip Hunter, el señor del tiempo, le comunique que su misión consiste en evitar, sin que nadie se entere, que alguien cambie el pasado de otros superhéroes. Booster es la persona ideal, porque nadie le toma en serio, ni siquiera sus enemigos. Booster acepta con una condición, que podréis saber si leéis el cómic.
Así que, en los tres primeros números USA que Planeta recopila ahora en el lanzamiento de su serie mensual, Booster comienza a recorrer la historia de DC buscando solucionar algunos pequeños problemas. Por ejemplo, que Sinestro elija a Guy Gardner primero en vez de a Hal Jordan. O que el tatarabuelo de Jonathan Kent nunca nazca, lo que cambiaría, a mucho peor, la vida de Superman.
Los métodos de arreglar los problemas no serán nada obvios y se agradece que Geoff Johns no haya hecho un cómic de peleas. Al contrario, en Booster Gold desarrolla un sentido del humor finísimo y una imaginación desbordante: en cada página espera una nueva sorpresa y un respeto absoluto por la historia de DC y por Booster Gold, quien, pese a que la historia tenga tono de comedia, se va revelando como un héroe trágico.
Además, están los homenajes al pasado, para los que se agradece que Planeta haya incorporado una serie de anotaciones finales que explican mejor qué sucede en cada página. Porque el trasfondo de Booster Gold es muy denso, con mil sucesos incorporados a la serie, con años de historia editorial por detrás que Geoff Johns y un Dan Jurgens que mejora lo hecho en los últimos tiempos moldean a su gusto.
Inteligente, adictiva, hecha para ser releída una y otra vez y muchas cosas buenas más, Booster Gold demuestra dos cosas: que Geoff Johns sigue en estado de gracia y que los personajes que mejor funcionan en editoriales con tanto peso histórico como Marvel y DC son los secundarios, porque los guionistas y dibujantes pueden moldearlos a su gusto. Claro que para eso hay que saber hacerlo. Lo dicho: imprescindible.
(Mención especial al chiste de Rip Hunter en el que Geoff Johns ridiculiza sus propia Crisis Infinita y la excusa de que se habían introducido anomalías en la continuidad de DC por culpa de unos puñetazos. Ya digo, humor del fino.)
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