Sin duda la mayor ventaja de cuantas cuenta ‘Balas perdidas’ en su haber, es el hecho de que, aún existiendo cierto hilo conductor, un amago de continuidad que hilvana algunas de las microhistorias que conforman el macrocosmos que David Lapham lleva casi cinco lustros construyendo de manera paciente, uno pueda aproximarse a cualquiera de sus entregas, vengan éstas recopiladas como sea, y pueda sentarse tranquilamente a devorarlas con fruición —imposible dar cuenta de ellas de otro modo que no sea salvaje, denodado e impetuoso— importando poco cuál sea la que elegimos para dejarnos llevar por el inmenso talento narrativo de Lsu autor y por su asombrosa capacidad para construir personajes que aúnan, en una sola entelequia, tridimensionalidad y una arrebatadora personalidad que hace que no se puedan entender sino desde la ficción.
Y aunque todavía falta un volumen para que La Cúpula complete el material que Lapham publicó bajo su sello antes de mudar la colección al amparo de Image —recordemos a los más despistados que la editorial catalana comenzó editando los tomos 1 y 5 de manera simultánea el pasado verano y que, desde entonces, ha ido rellenando poco a poco el hueco entre ambos—, me atrevería a afirmar, así, sin fundamento alguno, que lo que se da cita en las páginas que conforman ‘Otra gente’ es lo mejor de la serie. Porque sí, porque de vez en cuando hay que tirarse a la piscina y ofrecer juicios de valor arriesgados de los que, en este caso en particular, estaría encantado de verme obligado a retractarme. Nada podría ser mejor indicativo de que al hablar de ‘Balas perdidas’ lo estamos haciendo de una serie monumental, cocinada con sumo esmero y que siempre atiende a las necesidades de sus comensales, sean éstas las que sean.
Con Beth, Virginia Applejack y Amy Racecar dejándose ver en dos de los segmentos que conforman un libro que no me extrañaría ver en la mesita de noche de Quentin Tarantino, el tercer volumen de ‘Balas perdidas’ sirve a Lapham para explorar terrenos algo más fantasiosos a los que hemos podido ver hasta ahora, dejando el artista que dos de sus personajes sirvan de vehículo a sendas historias en las que la imaginación es motor principal de avance. Lo portentoso de ambas ya valdría, por sí solo, para situar a esta tercera entrega en lo más alto pero, no contento con eso, el estadounidense se las apaña para extraer de la chistera píldoras como ‘Dos semanas de vacaciones’, ‘Motel’ o ‘Chicas desnudas en vivo’, inequívocas muestras de que los conceptos del noveno arte que maneja el autor están muy lejos del alcance de un mero mortal y, aún más, de que, hoy por hoy, sólo el equipo formado por Ed Brubaker y Sean Phillips consigue situarse a la par —que no hacerle sombra— de la altura a la que raya una serie asombrosa de extremo a extremo.
Balas perdidas 3. Otra gente
- Autores: David Lapham
- Editorial: La Cúpula
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 260 páginas
- Precio: 18,90 euros en