‘Tonta’, mejorando con los años, y van…

Siempre es una buena noticia el ver como La Cúpula publica un nuevo título de alguno de los hermanos Hernández, ya saben, el universo Palomar, sus gentes, sus costumbres, sus locuras…Toda una vida dedicada a unos personajes que se han hecho mayores con nosotros, que se han enamorado, se han peleado, han cogido innumerables cogorzas e incluso algunos se han quedado por el camino; el sufrimiento y las alegrías han sido compartidas por todos los lectores. Aquí en nuestro país siempre ha sido la editorial mencionada, La Cúpula, la encargada de traernos todos los títulos que conforman uno de los puzles comiqueros mejor diseñados de todos los tiempos. Desde principios de los años ochenta, momento en el que apareció la cabecera “Love & Rockets”, los tres hermanos (Jaime, Gilbert y, en menor medida, Mario) llevan jugando con los sentimientos de sus personajes y lectores, haciéndonos pasar un autentico quinario cada vez que comienza una nueva relación amorosa en el barrio. Ahora le toca el turno a un nuevo personaje, un vendaval de hormonas y juventud rebelde que será la encargada de continuar con la saga de “Locas”.

Su nombre es Anoush, más conocida como ‘Tonta’, apelativo que da título al presente volumen en el que seremos testigos de las correrías que tendrá que pasar nuestra protagonista durante un verano cualquiera que da comienzo en casa de su hermanastra Vivian y que a medida que pasemos las páginas se irá complicando a base de bien. Una de las señas de identidad del Locasverso es la continua interrelación de todos los habitantes de Palomar, hoy aparecen en este volumen y mañana los veremos en otro, compartiendo localizaciones con otras gentes. Tampoco podemos decir que Tonta haya surgido de la nada ya que es hermana lejana (¿esto existe realmente?) de Vivian Solís, que ya tendría sus quince minutos de fama en las páginas de Love & Rockets. También tendrá su cuota de página otra vieja conocida, Ángel, la luchadora que nos encandiló a todos en aquel estupendo “El Retorno de las Ti-Girls”. Y no será lo único que nos suene en esta nueva entrega ya que, a la habitual comedia llena de enredos amorosos con banda sonora punk-rock de fondo, hay que añadir unas briznas de color negro (a todos los niveles) y una presencia mafiosa que siempre viene bien para alegrar algunas tramas.

El mayor de los Hernández hilvana una comedia coral en la que cada uno de los personajes que intervienen tiene su propia historia, cada uno aporta su granito de arena a la trama principal, un plan enorme que crece y evoluciona ante nuestros ojos, convirtiéndonos en espectadores de excepción para un espectáculo grandioso. Su estilo agradable, fino y preciso llena de matices todas las escenas, encontrando el equilibrio perfecto en cada una de las viñetas donde parece no sobrar ni faltar absolutamente nada. Lo hace, además, con una facilidad y sencillez insultantes, aportando toda clase de sentimientos y haciendo uso de una planificación de página tan clásico como es la de ocho viñetas (aunque siempre hay alguna variación poco ruidosa para no alterar la homogeneidad gráfica de la obra). No sabemos cuanta cuerda le queda al autor y a los personajes ya que la fórmula que aquí nos vamos a encontrar es la misma que viene usando desde hace años. ¿Es esto algo negativo? Por favor, esto nos plantea dos cuestiones. Si algo funciona, ¿para qué cambiarlo? Y, ¿alguien se puede cansar de comer jamón del bueno a diario? Pues lo mismo ocurre con el arte de Jaime.

[Grade — 9.50]