La fórmula de este tomo es simple pero efectiva: junta a un puñado de buenos autores, dales libertad para jugar con Batman como les plazca y oblígales a prescindir del color. El primer volumen cuajó con un montón de historias breves divertidísimas y originales, y con este segundo han conseguido subir el listón.
Siempre me ha gustado Batman porque es un personaje que da pie a historias de muchos palos: acción superheroica prototípica, humor refrescante o terror cavernario, por decir algunas. También ha tenido la suerte de contar con guionistas que han sabido salirse del tiesto con argumentos interesantes e innovadores.
Esta segunda entrega de Batman Black & White sufre los mismos vertiginosos altibajos de la primera, según quién se encargue de las ocho paginitas de rigor. Pero como tengo un corazón que no me cabe en el pecho, me voy a quedar sólo con aquellas que han reafirmado mi pasión por el de los cuernecitos. Empezaré por las mejores de esta recopilación, creadas por los combos Paul Dini/Alex Ross y Alan Grant/Enrique Breccia.