Llevaba una temporada con ganas de hincarle el diente a un buen western, y más desde las partiditas al ‘Red Dead Redemption’ que me han hecho recordar la pasión por aquel peligroso y pecaminoso mundo del Lejano Oeste. Quiso la casualidad que me encontrara en una librería con la edición absolute de ‘La estrella del desierto’ que publicó Planeta hace unos años, recogiendo los dos álbumes de la edición original francesa, y fue todo un descubrimiento.
La historia nos remite a la Norteamérica de 1870, concretamente a Washington, en donde conoceremos al protagonista de esta historia: Matt Montgomery, hombre de ley y miembro del Parlamento de los EE.UU. Una noche, al regresar a su casa, Matt descubrirá que su mujer y su hija han sido violadas y asesinadas, y que el asesino ha grabado con un cuchillo un misterioso símbolo, con forma de estrella, en el pecho de su hija.
Matt emprenderá entonces un viaje que le llevará al Oeste del país, a las tierras todavía salvajes en las que la ley no la imponen los políticos ni los tratados, sino los más fuertes. En esos momentos se están creando allí nuevas líneas ferroviarias que atraen cada vez a más colonos, y será en ese ambiente, tan distinto al mundo refinado de la ciudad, donde Matt tendrá que jugarse el cuello para hacer justicia.