Soy consciente de lo mucho que puedo llegar a echar mano del socorrido recurso de los recuerdos de coleccionista a lo largo del año. Es más, de hecho, en alguna ocasión creo haberos pedido hasta disculpas si estáis hartos de las batallitas del abuelo. Pero, ¿sabéis qué? en esta ocasión no os voy a solicitar vuestra venia por cuanto, a fin de cuentas, por mucho que esta página sea tan mía como vuestra —si vosotros no estuvierais al otro lado, ¿qué diantres pintaríamos nosotros aquí?— el redactor soy yo y es mía la elección de comenzar a hablar de este primer álbum de ‘Batman. El príncipe oscuro’ echando la vista atrás casi veinte años, a aquél 1999 en el que, gracias a la recomendación del dependiente de una de las tiendas especializadas de Sevilla, me lleve a casa el primer número de ‘Rapaces’.
Publicado por Norma dentro del longevo sello CIMOC Extra Color —un sello en el que la editorial catalana lleva trabajando desde 1981, ahí es nada— ‘Rapaces’ es una singular historia de vampiros que, con guión de Jean Dufaux, servía de presentación de Enrico Marini, un artista italiano cuyo espectacular estilo, híbrido entre lo mejor del cómic europeo y lo mejor del manga, nos dejaba patidifusos a los que nos fuimos acercando, primero a los tres álbumes restantes de ‘Rapaces’ y, después, en el transcurso de estos veinte largos años, a sus trabajos en cabeceras como ‘Gipsy’, la maravillosa ‘El Escorpión’ —maravillosa en lo gráfico, en términos de historia Desberg debería haber concluido la saga del héroe renacentista hace ya mucho tiempo y no haberla dejado sin rematar en ese número 11 que salió hace ya cuatro años—, la dinámica ‘Olivier Varese’ o la espléndida aproximación al imperio romano que cuajó en los cinco volúmenes que conforman ‘Las águilas de Roma’.
En todo este tiempo, y a través de todas esas obras, la fascinación por el trabajo de Marini no ha hecho sino ir en aumento, y no cabe otra cosa que rendirse sin remedio ante la forma en la que el artista aborda los títulos en los que hasta ahora se ha visto implicado: con un dominio absoluto sobre la forma humana, la belleza que emana de los personajes de Marini —sus héroes son apolíneos, sus féminas, sensuales e irresistibles— queda enmarcada en una profusión sin par en lo que a fondos se refiere y arropada por una narrativa que sabe tratar con la misma efectividad cualquier secuencia que se le ponga por delante, ya sea de acción o de exposición.
Así las cosas, huelga decir que el anuncio el año pasado por parte de DC de la publicación de dos álbumes en los que se daba completa libertad creativa al italiano para hacer lo que quisiera con Batman, fue recibido con una algarabía a la que se sumaron muchas y muy variadas sensaciones de asombro toda vez el primero de esos dos volúmenes cayó en nuestras manos: de acuerdo, es evidente que al Marini guionista aún le queda mucho camino por recorrer para llegar a situarse a la misma altura que el Marini dibujante pero, considerando que lo que aquí postula es el enésimo choque entre el protector de Gotham y su némesis, que no se innove sobre tan vasto tejido es algo que le perdonamos incluso antes de abrir el cómic.
Y aún así, aún a sabiendas que lo que ‘Batman. El príncipe oscuro’ va a ofrecernos difícilmente podrá salirse de los incontables cánones establecidos por la larga trayectoria del personaje creado por Bob Kane, resulta encomiable que el sabor que, desde el principio, tienen estas 64 páginas, sea inequívocamente europeo, un detalle que habla bastante bien de la facilidad con la que Marini se hace con la voz del caballero oscuro para plantear una trama que tiene a él y al Joker en dos vértices de un triángulo que se completa con una niña, supuesta hija de Bruce Wayne, que es secuestrada por el payaso.
Rodeada de aderezos que ahondan en la personalidad de ambos antagonistas, si por algo vale la pena —y vale la pena mucho— la adquisición de este volumen, es para dejarse embelesar por lo sublime y espectacular del dibujo de Marini: no coincido con la afirmación de Jim Lee, recogida en la contraportada, acerca de que esta sea la obra magna del artista europeo, pero lo cierto es que resulta complicado no salivar ante la autoridad con la que el dibujante despliega aquí sus armas gráficas, pintando unas planchas alucinantes que se cuentan, sin duda, entre las mejores que han tenido a Batman como protagonista. Colorido y opresivo a partes iguales, lo atmosférico de las páginas de Marini captura de forma inequívoca la densidad del aire que se respira en Gotham, y el moderado cliffhanger con el que se cierra esta primera mitad sirve como garante último de que ahí estaremos cuando, esperemos que en breve, salga publicada la muy ansiada conclusión…en castellano, claro, que en inglés vio la luz hace un par de semanas.
Batman. El príncipe oscuro vol.1
- Autores: Enrico Marini
- Editorial: ECC Ediciones
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 64 páginas
- Precio: 12,30 euros en