Os he de confesar una cosa: yo descubrí a Grant Morrison por los cómics de superhéroes, sobre todo su ‘JLA’ y sus ‘Nuevos X-Men‘. Sí, había oído hablar de él antes incluso había leído alguna cosa suelta. Pero su grandiosa etapa tanto con los superhéroes de DC como con los mutantes fue mi introducción en la mente de Morrison. Maravillado por esas obras decidí investigar sobre el autor escocés a ver qué otras cosas habría escrito: ‘Los Invisibles’, ‘Animal Man’, ‘Flex Mentallo’… todas obras bastante recomendables, pero dispuesto a preguntar al librero de confianza sobre alguna de esas obras vi en los expositores de novedades su última obra de aquel entonces (2003): ‘El Asco‘ (‘The Filth’) que editaba por aquel entonces Norma Editorial.
Evidentemente aquello era demasiado para mí, pobre de mí, adolescente pijamero hasta el tuétano pero con ganas de conocer otras obras de autores que me gustaban (y me recomendaban) siempre que el dinero me lo permitiera. Como digo era demasiado, era como redescubrir a alguien, como ver la otra cara de un autor que conoces, viendo que no todo lo que hace es como con los cómics de superhéroes. Una vez superada la fase de «pasmado» al terminar el primer tomo (que reunía los tres primeros de ‘The Filth’) determiné que me había gustado, pero no podría determinar el porqué ante el apabullamiento de conceptos y rarezas que Morrison había plantado a lo largo del cómic.