V. Kingdom Come

‘Mátame’, de David Lapham [Diez Negritos]

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El género negro no retrata la realidad en la que vivimos, sino una fantasía en la que todas las lindezas e inhibiciones de la civilización son extirpadas y la verdad sale a relucir.

Esta es una de las reflexiones en torno a la serie negra que abre este ‘Mátame’, en una introducción escrita por el propio David Lapham. Este cómic es una buena prueba de lo dicho, ya que como todas las buenas obras del género saca al exterior los deseos y motivaciones más oscuros de sus personajes, los cuales, como suele ocurrir en estas historias, están abocados desde el principio a un infierno al que cada nueva decisión los acerca irremediablemente.

La acción de ‘Mátame’ comienza en una mansión de Los Ángeles en la que su propietaria aparece ahorcada. Se trata de Eve Kroft, una mujer procedente de una familia adinerada que está casada con un pianista de jazz llamado Steven Russell. Todo apunta a que se ha suicidado, desesperada por su tormentoso matrimonio. Pero su familia está convencida de que ha sido asesinada y pone a Steven en el punto de mira, llegando incluso a contratar a un detective privado para que encuentre pruebas incriminatorias contra él.

Para complicar un poco más las cosas, Steven se encontrará con Tony, un antiguo compañero del instituto. La charla con él le recordará a su gran amor de juventud, Tara Torres, y saldrá a buscarla sin saber que así está iniciando su particular descenso a los infiernos. Al acompañarlo, el lector descubrirá que el azar no existe en esta historia, y que son los propios personajes quienes terminan firmando sus condenas.

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‘Torpedo 1936’, de Enrique Sánchez Abulí y Jordi Bernet [Diez Negritos]

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Luca Torelli, mejor conocido como Torpedo, es el personaje de cómic más fiel a los duros detectives de la novela negra americana de los años 30 y 40. Nacido en Italia a principios del siglo XX, tuvo que emigrar a Norteamérica debido a unos turbios asuntos, y desde entonces se gana la vida haciendo el trabajo sucio de todo aquel que tenga los bemoles de contratarle y el dinero necesario para poder hacerlo. Asesinatos, ajustes de cuentas, extorsiones… No hay servicio que no pueda cumplir nuestro dulce angelito.

Torpedo es un personaje frío, cínico y eficaz en su trabajo; no tiene reparos para meterle un balazo a quien se ponga en su camino, y además es capaz de hacerlo soltando alguna gracia mientras aprieta el gatillo. Él mismo es el narrador de sus historias, y nos las cuenta con la crudeza y el humor negro propios de los mejores escritores del género.

Nació en la mente del guionista Enrique Sánchez Abulí a principios de los años 80, y se estrenó en la mítica revista ‘Creepy’ dibujado por un clásico del cómic americano, Alex Toth, que por desgracia no estaba en su mejor momento. Toth apenas ilustró dos historias cortas del personaje antes de abandonarlo por no compartir la óptica violenta y libre de moralejas que tenían sus aventuras. Entonces su labor pasó a manos de Jordi Bernet y empezó a gestarse por fin la leyenda de uno de los mayores mitos de la historieta negra.

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‘La escena del crimen’, de Ed Brubaker y Michael Lark [Diez Negritos]

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Jack Herriman es un joven detective privado que, a través de un conocido que trabaja en la policía, recibe el encargo de encontrar a una chica desaparecida en San Francisco. Al parecer, la joven estaba en contacto con una comunidad hippy, a la manera de las que se formaron durante los años 60, y ese será el primer lugar por el que empezará a tirar del hilo de una madeja peligrosa y muy enmarañada. A pesar de su juventud, Jack vive atormentado por diversos sucesos de su pasado con los que, como no podía ser de otra manera, tendrá que rendir cuentas a lo largo de la investigación.

Este personaje creado por Ed Brubaker responde al arquetipo de detective privado que configuraron las obras de Hammett y Chandler, pero con sus propias peculiaridades. Empecemos primero con los puntos comunes. Jack es el típico detective con una visión pesimista de la vida, cínico en sus conversaciones, y con una gran habilidad para meterse en todos los líos posibles hasta llegar al fondo de un crimen sin resolver. Pero al mismo tiempo también es una persona insegura, tal vez por su juventud o por las heridas del pasado. Además, su poca fortaleza física no le permite hacer uso de la violencia o de la extorsión para conseguir la información que necesita. Esto le obliga a afilar su ingenio, aumentando el interés de la trama.

También es destacable que Jack viva con su tío Knut Herriman, un célebre fotógrafo de crímenes que posee una galería en la ciudad, encima de la cual se localiza la oficina de nuestro protagonista. Esto le permite colarse en las escenas de los crímenes para encontrar las pruebas que el resto de fuerzas de la ley hayan pasado por alto.

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Breve introducción al género negro [Diez Negritos]

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El género negro me ha fascinado desde siempre, gracias a sus intrincados crímenes y sus atormentados personajes, enmarcados todos en los bajos fondos de las grandes ciudades. Los grandes autores del género han sabido compaginar el entretenimiento que toda buena lectura debe proporcionar, con el análisis y la reflexión en torno a los puntos más oscuros de la naturaleza humana. Por eso, y porque últimamente casi todo lo que cae en mis manos tiene ese aroma a pólvora y asfalto, he decidido comenzar este especial, titulado ‘Diez Negritos’ en homenaje al libro que Agatha Christie publicó en 1939.

Mi intención es reseñar diez cómics de género negro, hablar de ellos y de sus autores, y dejar la puerta abierta a nuevas recomendaciones que amplíen nuestros conocimientos sobre el género. Antes de nada, eso sí, conviene hacer un pequeño repaso a los orígenes de esta corriente, centrado en la literatura y el cine, que han servido de inspiración para los guionistas y dibujantes de los que hablaremos en próximas entradas.

De la novela detectivesca del siglo XIX al fenómeno sueco de la actualidad, pasando por el hard-boiled norteamericano y las producciones cinematográficas que helaron la sangre de los espectadores desde los años 40. Comienza el viaje, espero que lo disfrutéis (y que no acabéis con algún agujero extra producido por alguna bala perdida).

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