La época victoriana fue una época de lo más curiosa. Esa Inglaterra de paseos en barca, discusiones sobre historia, el cróquet… una época de grandeza de la Corona como no vio nunca la pérfida Albión. Sin duda el siglo XIX fue un siglo altamente interesante para el Reino Unido y sin duda escena de cientos de buenas novelas (y comics como los que os ha hablado Jaime), como la que voy a hablaros a continuación. Una estupenda novela cuyo escenario principal es el Támesis en 1889. Uno de los escenarios principales, pues tiene varios y repartidos por casi dos siglos.
‘Por no mencionar al perro’ o ‘Cómo encontramos el tocón del pájaro del Obispo’ es una novela de Connie Willis, autora de otros libros como ‘El libro del día del juicio final’ y es, simplemente, una maravilla. El argumento gira en torno a la búsqueda, en 2057, del Tocón del pájaro del Obispo, en el empeño de Lady Schrapnell de reconstruir la catedral de Coventry, que fue destruida en 1940 a causa de un bombardeo y que causó la desaparición de dicho objeto o eso parece ya que en esta novela, como en otras tantas novelas de misterio nada es lo que parece al principio.
El protagonista de la historia es Ned Henry quien, en primera persona, narra cómo tras el exceso de saltos temporales a los que le ha sometido Lady Schrapnell es diagnosticado de vértigo transtemporal y la enfermera le prescribe dos semanas de descanso. Es entonces cuando acude al auxilio del señor Dunworthy quien le ayuda a esconderse de la tiranía de Schrapnell mandando a Henry a Oxford en 1889. Pero, evidentemente, no pasará unas vacaciones ‘al uso’ ya que no se le ha enviado a esa coordenada espacio temporal concreta por casualidad. Y hasta aquí puedo leer, ya que lo que sucede en esas páginas es mejor descubrirlas por uno mismo, ya que son piezas de un puzzle alrededor del continuum que hay que encajar.
Esta novela es un estupendo crisol de ingredientes que hacen de su lectura un placer y un entretenimiento muy bueno. Por un lado tenemos el tinte de comedia que tiene la historia, que unida a la parte en la que la narración nos traslada a la Inglaterra victoriana adquiere un toque de comedia de enredo genial haciendo una sátira de la sociedad de esa época. Después no debemos olvidar que ademas de ciencia ficción es una novela de misterio. El misterio de qué pasó con el tocón del pájaro del obispo, que en la novela se trata llenando la narrativa de referencias a Agatha Christie y su Hercule Poirot y Arthur Conan Doyle con su Sherlock Holmes, creando así un homenaje a las novelas de misterio detectivescos. Por último otro ingrediente que salpica deliciosamente las páginas del libro es la Historia, centrándose casi siempre en Waterloo y en los bombardeos de Londres y Coventry en la Segunda Guerra Mundial, con debates entre los personajes sobre cómo pequeñas cosas influyen en el curso de la historia de una manera insospechada.
Todos estos hilos son entretejidos por Connie Willis sin esfuerzo, en un estilo ligero pero con contenido suficiente como para que el lector se meta en el libro discutiendo las teorías sobre el continuum que se presentan en la novela y que, como en toda buena novela de misterio detectivesco, elucubre qué pasó con el tocón del pájaro del obispo. ¿Y qué es ese tocón? pues es una muestra más del horrible arte victoriano. Una urna ornamental decorada con escenas bíblicas, históricas, mitológicas y literarias, vamos, un objeto de lo más curioso.
‘Por no mencionar al perro’ es una novela brillante, divertida y amena. No es de extrañar, desde luego, que ganara los premios Nebula y Hugo a mejor novela en 1998 y 1999 respectivamente. Por último deciros que el título (y alguna que otra escena) es un guiño a la novela de Jerome K. Jerome ‘Tres hombres en una barca’ cuyo subtítulo es, precisamente, ‘Por no mencionar al perro’.
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