No es por generalizar, pero nunca ha dejado de resultarme llamativo que el autor de esos poemas sobre oscuras golondrinas y arpas olvidadas que nos enseñaban en el colegio haya sido durante más de un siglo el casi único referente de la literatura de terror patria. Y es que Bécquer, creador de excelsas rimas pero también de terroríficas leyendas, parecía haberse quedado solo, con alguna honrosa excepción y esa maravillosa apuesta del pulp patrio que es el bolsilibro, solito en esto del horror literario por estos lares, al menos en cuanto al lector medio se refiere.
Sin embargo hace unos años, la popularidad del género empezó a aumentar con autores como Pilar Pedraza o José Carlos Somoza y, por supuesto, todo el boom de la literatura zombie con nombres como Manuel Loureiro o Carlos Sisí. A ello hay que sumar que, por suerte, un puñado de editoriales como Valdemar o Minotauro siempre han mostrado su querencia por el fantástico, y por supuesto Dolmen, que además de cómics lleva años ofreciéndonos sugestivas pesadillas en forma de novela como las que podemos encontrar en la colección Stoker, a la que pertenece ‘Un año en Tinieblas‘, el debut en la ficción de la periodista María de Sancha.
A aquellos que sean aficionados a la figura de Mary Shelley, la madre de Frankenstein, sin duda les sonará el término ‘el año sin verano’, apelativo que se dió a 1816 (año en que nació la famosa criatura) por los adversos cambios que provocó en el clima europeo la salvaje erupción de un volcán indonesio. ‘Un año en Tinieblas’ (así, con mayúscula, ya que también alude al pueblo en el que tiene lugar la historia) se desarrolla en este año, presentando una aislada población, entre las garras de la nobleza y el clero, a la que la falta de sol amenaza con sumir en la más terrible de las hambrunas. Pero este no será el único problema que se cierne sobre sus pobres habitantes, sino que en una premisa que a más de uno recordará a la célebre ‘30 días de oscuridad‘ un grupo de vampiros aprovechará la ocasión para hacer de Tinieblas su coto de caza. Unos chupasangre que lejos están de esos adolescente que brillan al sol o los lánguidos galanes de las sagas de Anne Rice sino que entran en la línea de los sádicos monstruos asesinos de obras como ‘The Strain‘.
‘Un año en Tinieblas’ es puro Eros-Thanatos, con unos personajes que ajenos a este Apocalipsis que les acecha dan con facilidad rienda a sus bajos instintos incluso ante otra amenaza más terrena como es el clero en general o la inquisición en particular (que también se suma a este siniestro festival aunque raramente practica lo que predica). El sexo, sin aparcar la muerte, va a ser clave en las relaciones entre sus abundantes personajes, en un universo que hará a más de uno acordarse del mundo del fantaterror hispano, aunque con la visión contemporánea de la defensa de la elección de la propia identidad sexual y de género. Todo en una trama que no vacila en sumar al guiso personajes como el histórico Empecinado o algún viejo conocido proveniente de cierto clásico literario que dejaremos aquí en el anonimato para no estropear la sorpresa.
Tinieblas se suma así, con un estilo rico en detalles en sus descripciones sin renunciar al tremendismo, a esa tradición de pequeñas comunidades asoladas por seres sedientos de sangre como Salem’s Lot o la Crockett Island de ‘Misa de medianoche‘. Puro body count, con unos vampiros que no se limitan a dar sensuales mordisquitos, mientras la mayoría de los habitantes de Tinieblas, del campesino a la monja, se debaten entre la inanición y el terror al infierno, entre el deber y la libertad, el toque sobrenatural se revela en más de una ocasión como mera excusa para profundizar en las existencias de unos personajes al límite a los que no cuesta identificar con el dicho ‘A perro flaco todo son pulgas’, hasta desembocar en un desenlace que es puro tren de la bruja. ‘Un año en tinieblas’ es una buena propuesta para los amantes de los relatos de vampirismo salvaje y aquellos que disfrutan de las misceláneas de novela histórica y terror (algo a lo que nos ha acostumbrado el género Z con libros como ‘Orgullo y prejuicio y zombies‘, o ‘Noche de difuntos del 38‘, que ha inspirado la película ‘Malnazidos‘), o simplemente que se dejan cautivar por una trama bien escrita pero que no hace ascos a presentar de manera gráfica el sexo y la violencia. Solo literatura de evasión para paladares fuertes…que no se limita a hinchar el colmillo de manera superficial.
Un año en tinieblas
- Autores: María de Sancha
- Editorial: Dolmen Editorial
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 750 páginas
- Precio: 17,95 euros
- Editorial, Dolmen (Author)