Manu Viciano es uno de los traductores oficiales del Terry Pratchett al castellano, y creador de la épica e histórica La Concha de Gran A’Tuin. Su primera traducción del Mundodisco ha sido ‘Un Sombrero de Cielo’, de la saga de novelas juveniles de Tiffany Dolorido.
Hemos querido tenerle en ZonaFandom para que nos hable un poco del proceso de traducción y de las dificultades que entraña, en concreto, trabajar con la vasta obra de Pratchett.
Ha intentado enviarnos una foto adecuada para una entrevista en la que Pratchett viene de visita, pero por desgracia no ha encontrado un pato de su talla para usarlo como sombrero. Por suerte, es una persona polifacética y nos ha podido enviar esta otra foto, que consideramos perfecta para la ocasión.
ZonaFandom: ¿Cómo conociste la obra de Pratchett? ¿Viviste la Época Oscura? (Descatalogación de Martinez Roca, puñaladas traperas por ejemplares sueltos en las ferias del libro antiguo, La Concha de Gran A’Tuin… esas cosas)
Viví la temporada anterior a la Época Oscura. Así de prehistórico soy. Cuando empecé a leer el Mundodisco, a mis trece o catorce años, Martínez Roca aún sacaba libros de Pratchett y Alejo Cuervo seguía cantando sus bondades a los cuatro vientos frikis desde la revista Líder. De hecho, me animé a dejarme la paga en el primero precisamente por esa revista.
Cuando llegó la Época Oscura, yo ya tenía todos los libros publicados en castellano. Pero también fui víctima del Espacio-L: las novelas volaban de mi estantería para no regresar jamás. A aquellas alturas, yo ya me había traído de Escocia un buen cargamento de libros de Pratchett, así que no me importó demasiado. De hecho, poco a poco acabé regalando lo que quedaba de mi colección de Martínez Roca.
La Concha, la Concha… pues el caso es que me suena, pero mi memoria ya no es lo que era…
ZF: ¿Cuál fue la primera obra suya que leíste? ¿y tu favorita?
Mi primer Mundodisco fue ‘El color de la magia’. Entonces la serie aún no tenía los treinta y nueve libros de ahora, así que ni me planteé empezar por alguno que no fuese el primero. ¡Seguimos hablando de hace dos décadas! A lo mejor no es lo ideal para un lector que haya oído alabar las novelas más recientes, pero a mí me arrolló: ¿una novela de fantasía que parodia a los clásicos de la fantasía? ¡Hostia, cómo mola! ¡Póngame tres más, jefe!
¿Mi favorito? ‘Un sombrero de cielo es un librazo’, y además mi primogénito adoptivo en el Mundodisco, pero mi favorito de todos los tiempos es ‘Ronda de noche’. Nada menos que el vigésimo noveno de la serie.
ZF: ¿Hay pautas a la hora de traducir por parte de Terry, la editorial inglesa o la española?
La única pauta que he recibido de Terry Pratchett fue en 1997, cuando le escribí para ver si me dejaba traducir el relato corto ‘Teatro de crueldad’ y colgarlo en La Concha. Me respondió: «Si es una buena traducción y reconoces mi copyright sobre la historia original (que no es de dominio público), no me importa.1»
En realidad, es difícil hacer indicaciones muy concretas sobre el Mundodisco. Para empezar, nunca sabes por dónde va a salirte. Cuando apareció por primera vez el personaje de Ruina Escurridizo, era imposible saber que acabaría teniendo versiones en todos los países del Disco, y que también habría que adaptar sus nombres y frases características. En ‘La luz fantástica’, Cohen el Bárbaro era una parodia de Conan y poco más. ¿Quién iba a pensar que acabaría dando lecciones sobre el poder a Rincewind en Tiempos interesantes o que protagonizaría su propio libro?
Un tío como Pratchett es capaz de seguir sacando jugo a personajes y situaciones quince libros más tarde, lo que complica mucho escribir cualquier cosa en piedra.
ZF: ¿Tambor Remendado o Tambor Emparchado?
Remendado. Por simple coherencia interna. Y eso que el mismo autor ya cambió el nombre al tugurio después de un incendio infame.
ZF: Cuéntanos un poco cómo te organizas durante la traducción… herramientas, software, etc…
Lo primero es leerme el libro de cabo a rabo. Aquí procuro desactivar la parte traductoril del cerebro para hacerme una idea general de lo que ve el lector del libro original y, ya puestos, disfrutarlo, pero admito que es imposible. No hay forma. Así que voy tomando algunas notas. Después abro el procesador de texto (normalmente LibreOffice) en una de las pantallas, cargo o creo el diccionario particular de esa obra o serie y asigno atajos de teclado. Enchufo en la otra pantalla todo lo demás (diccionarios, el perfil «Currito» de Firefox, etcétera) y, bueno, traduzco y reviso. Durante el proceso, trato de ceñirme a una regla de oro: No Se Abre Nada Más. Excepto la música de vez en cuando.
La verdad es que no utilizo ningún programa específico de traducción; en literaria, no creo que valgan demasiado la pena en tiempo ni en gasto. Lo que sí hago es tunearme las herramientas: tengo tan personalizados los procesadores de texto que me noto muy torpe cuando tengo que usar uno ajeno.
También me hice un script cutrón que cada día (o cuando se lo pido) saca copia de todos los archivos en los que estoy trabajando, los comprime, los cifra y los sube a un par de sitios. Y por supuesto, dado que últimamente he trabajado en trilogías y en cierta serie larguísima de libros, tengo instaladas unas herramientas de búsqueda bastante potentes. Y sé lo básico de expresiones regulares, señora.
Pero sigo teniendo la libreta y el boli al lado.
ZF: ¿Cuánto tardas en completar una traducción? ¿Te dan margen suficiente de tiempo?
Tengo la sensación de que si alguien dice que le sobra tiempo para traducir un libro, puede ser que (1) mienta, (2) pase de todo o (3) sea un privilegiado sin fecha de entrega. Vale, o que (4) el muy cabronazo sea mucho más rápido que yo, claro. De todas formas, la respuesta es que sí, cuento con un buen margen de tiempo. Lo que pasa es que me pongo en plan mamá y, cuando llega la fecha de entrega, aún le daría un último repaso al libro. Supongo que es lo normal y va con el oficio: siempre a tope y nunca es suficiente.
¿Cuánto tardo yo? A ver. Este es uno de esos casos horribles en los que la respuesta enlatada, depende, también es cierta. Y para colmo depende de lo obvio: longitud del texto y dificultad. Si quieres que te dé una cifra… Para un libro normal (si tal cosa existe), pongamos que un mes y medio o dos meses son un tiempo más o menos cómodo.
ZF: ¿Por qué suele haber tanto retraso entre la publicación del original y la traducción?
Por varias razones. En el caso del Mundodisco, por ejemplo, Pratchett era una maquinita de sacar libros y aquí ya empezábamos con retraso. Añádele la Época Oscura que decíamos antes y ya tienes un motivo. Además, un buen libro de un autor desconocido tarda un tiempo llegar a oídos de los editores. Si es conocido, supongo que puede haber jaleos de derechos, o que no quiera soltar el texto para ir empezando antes de que salga a la venta el original, yo qué sé.
Pero supongo que preguntas por el proceso en sí, una vez se empieza a trabajar en el libro. Yo no creo que haya tanto retraso. El otro día leí una entrada de blog que lo explicaba muy bien, pero el resumen es que la cosa no está solo en traducirlo: el texto ha de pasar por revisiones, maquetación, pruebas y tal. Y todo eso lleva tiempo si se quiere hacer bien.
ZF: La pregunta maldita del libro electrónico… ¿crees que debería facilitarse la venta de libros electrónicos? ¿que estén disponibles a la vez que en papel, y a precios más bajos?
Sí, sí y sí. Que sea más fácil o más difícil llegar a esos objetivos ya es otra cosa. No es mi sector, así que a esto te contesto como lector informado, no como persona metida en el tema. Conseguir esas tres metas deseables (facilidad de venta, disponibilidad inmediata y buen precio) es bastante más complicado que el «no se enteran de nada» con el que suele explicarse la situación actual. ¿Nadie en todo el mundo editorial se entera de nada? ¿En serio? Creo que uno de los principales problemas es que para bajar un euro el precio de un libro electrónico puntero hay que convencer a muchas personas y negociar a muchas bandas, y ya se sabe lo que dicen sobre la fuerza de una cadena. Y sobre las cosas de palacio.
La lógica dicta que el precio de un libro electrónico sea inferior al de la edición en papel, claro, pero al seguir ese argumento en modo berserker suele olvidarse que un producto de calidad sale de gente capaz de hacerlo y dispuesta a echarle horas, es decir, a grandes rasgos, de gente que cobre por ello. El formato digital permite jugar de otras maneras, y sobre todo deja más margen para apostar, lo que ya empieza a notarse tanto en las editoriales establecidas (que, contrariamente a la creencia popular, tienen gente que sabe de negocios) como sobre todo en publicaciones independientes. E irá a más, digo yo. Las grandes editoriales juegan con una ventaja abrumadora: tienen ya montada toda una estructura dedicada a sacar y vender libros. Van a tener que saber aprovecharla.
ZF: ¿Seguirás traduciendo a Pratchett?
¡Espero que sí! En noviembre sale ‘La corona de hielo’, el tercer libro de Tiffany Dolorido y mi segundo del Mundodisco. Ojalá, ya puestos, acabe la serie juvenil. En todo caso, después de ‘I Shall Wear Midnight’ no queda Mundodisco en la recámara (‘Snuff’ sale en enero de 2013). Quién lo iba a decir, ¿eh? Así que es imposible hacer predicciones.
ZF: ¿Qué obra o qué autor te gustaría traducir?
Uso el comodín de la respuesta múltiple. Hombre, la Biblia supondría pasta gansa, y las morcillitas podrían ser épicas. Me habría encantado traducir Criptonomicón (ALTDPJREE), cualquier novela de Bukowski, de Ferran Torrent, de Ursula K. LeGuin… Dado que básicamente me gustaría trabajar con los autores que me gusta leer, casi que mejor buscadme en Goodreads si os pica la curiosidad y yo renuncio al comodín (y a acabar en alto sorprendiendo con algo como romance adolescente vampírico). Me pido los libros de Ciencia del Mundodisco, seño. Los tres.
ZF: Gracias por dedicarnos un rato de tu tiempo, Manu. Esperamos ver tu nombre en más libros de Pratchett en castellano.
Podéis leer más de Manu Viciano en su blog o en su Twitter, @nosigaleyendo.
1 El otro e-mail que recibí de Pratchett fue para el primer boletín del Mundodisco. En la respuesta que me envió para publicar animaba a sus lectores españoles a tomar otra ronda de horchata. Si os lo cruzáis, invitadle a eso, que parece que está ya un poco harto de los daiquiris de plátano.