Se suele decir que las comparaciones son odiosas porque, obvio, cuando se echa mano de ellas uno de los términos de la misma siempre va a salir perjudicado en favor del otro —o uno favorecido en detrimento del otro, como queráis verlo—. Pero esa afirmación, como toda sentencia categórica, se deja muchos matices fuera que hacen de la comparación una herramienta más que necesaria con según que talante —destructivo o constructivo — las estemos efectuando o en según qué ámbitos nos estemos moviendo, ya sea, por ejemplo, en el educativo —ya me diréis cómo se corrige un examen de, qué sé yo, matemáticas, si no es por comparación con la solución del profesor— ya en el que hoy nos ocupa, el artístico. Y es que, a mi entender, y acotando aún más el círculo, resulta imposible pasar por lo que Bryan Hitch plantea como guionista en este primer arco argumental de la renacida ‘Liga de la Justicia’ y que a nuestra memoria tebeística no acudan alguno o todos de los tres segmentos de cuatro números en los que Warren Ellis dividió los doce primeros ejemplares de ‘Authority’ que dibujó, casualidad, el sr. Hitch.
La personalidad épica «bigger than life» que Ellis imprimió en aquél primer «año» de ‘Authority’, el que cada arco argumental supusiera el enfrentamiento del grupo liderado por Jenny Sparks con una amenaza dispuesta a destruir toda vida en la Tierra y el que, en especial el último de ellos, versara sobre una amenaza extraterrestre que llega a nuestro planeta para purgarlo de vida como ya ha hecho en anteriores ocasiones milenios atrás, sirve de claro precedente de esas «máquinas de la extinción» que Hitch pone delante de la Liga de la Justicia como prueba de fuego inicial de una agrupación que cuenta con dos nuevos reclutas y que, a raíz de los acontecimientos vistos en ‘Renacimiento’ y el final del ‘Superman’ de las Nuevas 52, no cuenta con el último hijo de Krypton entre sus filas, al menos no de partida.
Tal situación provoca que, al menos en los compases iniciales, la amenaza que se cierne sobre los héroes del panteón de DC se sienta como grave e invencible, algo que queda diluido tras esos instantes de arranque, no ya por la inevitable adición del superhombre por excelencia, sino por lo infranqueable del estatus quo, esa dichosa barrera que hace, en según que puntos cardinales de los universos de las dos majors, que las consecuencias de cualquier enfrentamiento, por muy dramáticas que sean, se sepan de antemano como transitorias.
Así las cosas, ¿Qué nos queda pues que disfrutar? Simple, el dibujo a tres bandas entre el propio Hitch, Tony Daniel y nuestro Jesús Merino. El primero, que hace años que dejó de atesorar la espectacularidad que le pudiéramos ver en ‘Authority’ o, por supuesto, ‘Ultimates’, cumple con eficacia pero se queda muy lejos de, atención, poder compararse con un Daniel que no ha hecho más que reinventarse de un tiempo a esta parte o, por supuesto, con un Merino que merecería de una vez por todas una cabecera fija en la que desplegar todas sus armas gráficas y no verse sometido a esta molesta política de DC que lo tiene casi de mercenario para cuando hace falta un filler en alguna serie regular. A la espera de que eso pase, nos quedamos con su magnífica impronta en el único número de este volumen en el que aparece, lo mejor en términos de dibujo de una lectura entretenida, sí, pero nada memorable.
Liga de la Justicia 1. Las máquinas de la extinción
- Autores: Bryan Hitch, Tony S.Daniel y Jesús Merino
- Editorial: ECC
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 168 páginas
- Precio: 17,05 euros en