Érase que se era un reino en el que hombres y mujeres no eran iguales. Así podría empezar perfectamente una historia como ‘Piel de hombre‘, aunque francamente parece lejos de la fantasía a la que nos tienen acostumbrados las fábulas. Sin embargo el elemento mágico está ahí desde el título, en forma de una suerte de traje que da a su portadora el aspecto de un joven y que ha pasado en la familia de la protagonista de generación en generación, permitiéndoles disfrutar la libertad de la que, en su época, solo disfrutan los varones.
‘Piel de hombre‘ es una deliciosa subversión de los cuentos de hadas tradicionales, en la linea de ‘Belleza‘, también guionizada por Hubert Boulard. Ambientada en una Toscana renacentista de postal —aunque en ningún momento especifique en qué lugar y tiempo concretos— nos presenta a una joven doncella, Bianca, que justo antes de su matrimonio concertado decide usar su disfraz de varón para conocer mejor a su prometido, lejos de su entorno habitual. Y es aquí donde el destino de nuestra heroína se separa de lo que cabríamos esperar de un relato de este corte, cuando descubre que su futuro esposo empieza a enamorarse locamente poco a poco de…Lorenzo, la identidad masculina que adopta cuando viste su piel de hombre.
Súmese al cóctel un joven sacerdote, todo un Savonarola en viernes, que abomina de cualquier atisbo de sensualidad femenina y relación romántica entre personas del mismo sexo, pidiendo castigos ejemplarizantes y arrastrando a un peligroso número de fanáticos. El resultado es una emocionante defensa de la tolerancia y la libertad, para amar y disfrutar de la vida, y una inteligente crítica del rol de la mujer en determinadas estructuras sociales. Tan entretenido como inteligente ‘Piel de hombre‘ no deja en el tintero el apartado estético. Su cuidadosa planificación de cada página, diseño sencillo de personajes y toda una serie de detalles que beben de la miniatura medieval —desde la elección de los colores a las filacterias de los sermones— hacen de esta una obra que anima a perderse en la engañosa simplicidad de sus viñetas, dotándola de un acabado muy personal.
Una hermosa muestra de que, aunque no todo tiempo pasado fue mejor, resulta un recurso inmejorable para exponer los demonios que todavía, a pesar de los siglos transcurridos carcomen nuestra sociedad. Porque, por desgracia, aún debe hacerse valorar algo tan básico como la tolerancia y el respeto, pero da gusto cuando esto se hace desde un estrado tan fascinante como el presentado por Hubert y Zanzim.
Piel de hombre
- Autores: Hubert Hubert y Zanzim
- Editorial: Norma
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 160 páginas
- Precio: 29,50 euros