Brian Michael Bendis vino. Brian Michael Bendis conquistó. Brian Michael Bendis se fue…y no sólo de la colección, sino de Marvel. Y la duda que nos quedó a los que habíamos vibrado con su ‘Iron Man’ era obvia: ¿a quién pondría ahora la Casa de las Ideas al timón de las aventuras y desventuras de Tony Stark y su armadura roja y dorada? Pues a nada más y nada menos que a Dan Slott, el guionista que había conseguido, en lo que a este redactor se refiere, mantenerme a bordo de la lectura de ‘Spiderman‘ más años de los que he pasado nunca leyendo la cabecera del arácnido. El guionista que hizo que me riera a placer con las ocurrencias de Jennifer Walters en el mundo de la abogacía. El guionista que, en mi modesta opinión, nos ha dejado la mejor versión que se ha hecho nunca en viñetas de Estela Plateada. Vamos, que con ese currículo, e importando poco los sinsabores que me dejo fuera de él, ¿qué podía salir mal en este ‘Tony Stark: Iron Man‘?
Más que ninguna otra disquisición que pueda hacerse sobre la cabecera que hereda Slott, es que sus dos primeros arcos argumentales, los que quedan recogidos en este primer Deluxe publicado por Panini, son, en este orden, frenético y desorientado. Si a lo que ‘El hombre hecho a sí mismo‘ nos tenemos que referir, parece que el guionista se dirigía a reiniciar Iron Man al tiempo que tenía que tener en cuenta incontables deudas con lo que el personaje se ha ido encontrando en el pasado. Y, al hacerlo, cada secuencia de la lectura está plagada de personajes que no son ni Tony Stark ni James Rhodes, ejes más o menos principales de esta tragicomedia coral con tintes de ciencia-ficción post-moderna que es la serie. Y claro, lo que eso genera bordea, más veces de la que no lo hace, en el desastre.
A ver, que nadie se confunda si del primer al segundo párrafo parece que estamos hablando de dos escritores diferentes: Slott es muy buen guionista, así que hay instantes —muchos— que son muy divertidos. Pero, lamentablemente, eso es casi todo lo que puede sumar la lectura: diversión. El resto pasa ante nuestros ojos como si nada: Tony se preocupa más o menos durante diez segundos de si es humano o una IA debido a que, tras lo que nos contó Bendis, su mente ha sido restaurada desde un backup y su cuerpo creado artificialmente. Alguien llamado el Controlador aparece durante un instante número sí, número no. La narrativa general general parece seguir la máxima de «lancemos algunas tramas al ring y a ver cuál queda en pie». Huelga decir que ninguna. Y el último número de la primera mitad sigue al hermano de Tony, Arno, mientras intenta domar ganado genéticamente modificado. Vamos, si eso no se merece un WTF??? que baje Stan Lee de los cielos y lo vea.
Y la cosa no mejora cuando pasamos al segundo arco, titulado ‘Realidades Stark‘. Uno que ya deja claro que la cabecera ha perdido casi completamente su rumbo: la historia es un caos, carece de foco y está desconectada de todos los personajes —sobre todo de Tony, que ya es grave—, y resulta complicado saber hacia dónde va o cómo nadie en Marvel tuvo el suficiente aplomo como para sentarse con Slott y preguntarle ¿qué estás haciendo? De hecho, la sensación acerca del trabajo del guionista es que, tan pronto como la segunda media docena de números, ha perdido el interés en la cabecera y se dedica a rellenar las páginas con ruido y chorradas con la esperanza de que nadie se dé cuenta. Nosotros nos hemos percatado. Y nos molesta, la verdad. Sobre todo porque tuvimos que soportar las muy encendidas críticas que se arrojaron contra Bendis y, con la llegada de Slott fueron muchas las alabanzas que llegamos a ver por la red. Incomprensible, como poco.
Al menos nos queda el relativo placer de ver los dibujos de un Valerio Schitti que canaliza a tope a Stuart Immonen y a Terry Dodson —y, al hacerlo con este último, también echa mano de Adam Hughes, claro— y que, por lo que se aprecia en las abundantes páginas dobles, es el que mejor se lo pasa en este histriónico circo que es ‘Tony Stark: Iron Man’. De verdad os digo que, en ocasiones, no sé por qué sigo molestándome en leer cómics Marvel cuando, más allá de ‘Daredevil‘, se abren abismos de tan insondable talante como este sobre el que hoy hemos hablado. En serio, tengo que replantearme las cosas, pero ya. ‘Nuff said!!!!
Tony Stark: Iron Man 1. El hombre hecho a sí mismo
- Autores: VVAA
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 336 páginas
- Precio: 42 euros