Dije hace unas pocas semanas que Mike Allred nunca había sido santo de mi devoción y que, debido a ello, eran muy pocas las ocasiones en las que había decidido asomarme a alguno de los múltiples títulos que, a lo largo de su trayectoria, ha ido cuajando el artista estadounidense. No dí por aquél entonces un listado de aquellas que sí habían sido catadas, y no lo hice por considerar que citar algunos números sueltos de ‘Madman‘, los dos o tres primeros de ‘iZombie‘, los mismos de ‘X-Statix‘ y, si la memoria no me falla, alguna incursión suelta en algún ejemplar suelto de alguna colección de cuyo nombre ni me acuerdo, era subrayar con saña mi poca afinidad para con el dibujante. Más hete aquí que la lectura del volumen dedicado a David Bowie que publicaba Norma cambió considerablemente mi percepción hacia Allred hasta tal punto que, cuando el pasado mes aterrizó por casa el Omnibus que hoy es objeto de nuestra atención, ni me lo pensé dos veces antes de hincarle la dentada.
Eso sí, no creáis que el que Allred figurara en la portada de este volumen destinado a recoger todo su trabajo a bordo de ‘Estela Plateada‘ era el motivo de fuerza mayor que realmente impulsaba mis ansias lectoras, ya que a él se anteponía la presencia de Dan Slott, uno de mis guionistas actuales favoritos de Marvel merced, primero, a su genial e hilarante estancia en ‘Hulka‘ y, después, al fabuloso e inolvidable trabajo que llevó a cabo cuando comandó los muchos vaivenes a los que fue sometido Peter Parker en sus manos —he de confesar, eso sí, que los primeros compases de su arribar a ‘Los 4F’ no me convencieron en absoluto y abandoné cabizbajo la vuelta de la primera familia Marvel después de haberla agarrado con gran ilusión—.
Así las cosas, la presencia de los dos artistas no conseguía equilibrar, al menos a priori, mi poca afinidad hacia el sesgo del Universo Marvel que Estela Plateada representa: mucha es la vetusta antipatía que siempre he arrastrado hacia la vertiente cósmica de La Casa de las Ideas, quizás condicionado por el poco poso que las diversas lecturas que he ido haciendo hacia los trabajos de Jim Starlin o Dan Abnett —por citar a los dos guionistas con más predicamento en este rincón de la editorial— han ido dejando, acaso porque, cuando sí han resultado algo interesantes, se han visto sepultadas bajo el vasto océano de tebeos que suelo consumir al cabo del mes. De hecho, más allá de ‘El guantelete del infinito‘ —y estamos hablando de una saga que tiene ya casi treinta años— no estaría errando mucho si dijera que nada de lo que ha caído en mis manos ha calado, en ningún escalón de intensidad. Pero eso era así hasta que llegó el ‘Estela Plateada’ de Dan Slott y Mike Allred.
Porque, a ver, ¡¡¡GUAU!!! ¡¡¡Vaya cómic imaginativo, ENTRETENIDO y redondo el que se sacaron de la chistera los dos artistas!!!. De hecho, este ‘Estela Plateada’ es uno de esos raros ejemplos de tebeos de superhéroes en los que resulta complicado discernir dónde acaba la tarea del guionista y dónde empieza la del dibujante. Este hecho, poco común en el mundillo de la producción casi en serie yanqui, habla de una implicación de los dos nombres con la obra y de la imbricación de ambos entre sí que resulta en una serie en dos tramos —el final de volumen 6 y el arranque del volumen 7 de la cabecera— que, una y otra vez, se las ingenia para dejarnos a los lectores con la mandíbula caída gracias a páginas que no se conciben si no es desde una perfecta y armoniosa sincronía entre los dos extremos que se concitan de manera principal en el alumbramiento de un cómic.
Ejemplos de ello hay tantos a lo largo de las casi 700 páginas del Ómnibus que resulta complicado no dejarse vencer por la tentación de ir desgranando uno a uno, si no todos, sí los más espectaculares. Pero como siempre está en nuestro ánimo desvelar lo mínimo posible acerca de los cómics, nos vamos a centrar en uno sólo, en el que nos parece que es paradigma más sonoro de todos los recursos que Slott y Allred hacen en esta etapa en la que Estela y su acompañante, Dawn, corren aventura tras aventura recordando, y mucho, al derroche de imaginación que siempre ha hecho la británica ‘Doctor Who‘. Y ese paradigma no es otro que el número 11 del volumen 6 en el que, mediante una enorme cinta de moebius que se prolonga durante varias páginas, y que obliga a leer del derecho y del revés el grueso tomo, los autores dan vida a una suerte de bucle espacio-temporal que, sinceramente, no tiene parangón en la página impresa.
Como digo, no es el único, y a lo largo y ancho de los constantes viajes que Estela y Dawn hacen a bordo de «Amí» —el apelativo cariñoso con el que la chica se refiere a la tabla del antiguo heraldo de Galactus— Slott y los Allred —que no hemos hecho referencia al superlativo tratamiento cromático que da Laura Allred al conjunto— conquistan con ímpetu e inquietud creativa el corazón del lector que tenga la fortuna de asomarse a ellos. No es de extrañar que los Premios Eisner se avinieran a coronar a esta etapa con un más que merecido galardón, que Marvel y Panini hayan querido rendirle homenaje mediante la edición en este único Omnibus y que, en lo que se refiere a este redactor, por fin haya encontrado un rincón en el lado cósmico de la editorial en el que retozar a placer y al que volver, no cabe duda alguna, en un futuro no muy lejano. ‘Nuff Said!!!
Estela Plateada de Dan Slott
- Autores: Dan Slott y Mike Allred
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 696 páginas
- Precio: 42,75 euros en