COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

‘The Kingdom’, a la altura del betún

Son muchos y muy queridos los recuerdos coleccionistas que se agolpan cuando pienso en ‘Kingdom Come’, la genial serie con la que Mark Waid y Alex Ross nos dejaron a muchos completamente anodadados hace ya la friolera de veintiún años. Con cuatro prestigios que después han sido reeditados hasta la saciedad en incontables formatos —tiempo ha que perdí la cuenta de cuántas han sido las ediciones diferentes que han llegado a hollar mi tebeoteca— los dos artistas estadounidenses removieron el panorama yanqui con una serie que, si asombraba por la capacidad de su guionista para narrar una historia futura que servía de sentido homenaje a casi la totalidad del panteón de DC, más lo hacía por las páginas de un Alex Ross que, pocos meses después de la finalización de ‘Marvels’, cambiaba de editorial y, por si las páginas del proyecto que había llevado a cabo junto a Kurt Busiek para La Casa de las Ideas no lo dejaban ya bien claro, superaba éstas para asentar aún más su «leyenda».

Leída con entusiasmo feroz en aquellos meses de 1996, y releída cada vez que una nueva edición lo propiciaba —de entre todas ellas, me quedo sin duda con la que más trabajo me costó conseguir, aquella que en un slipcase rojo incluía los cuatro prestigios en un volumen cartoné y se acompañaba por un libro en formato Biblia que recogía los alucinantes bocetos de Ross para todos los personajes— la repercusión de ‘Kingdom Come’ en el normal transcurrir del Universo DC podría haber sido limitada por lo futuro de su planteamiento pero, claro, la editorial no se iba a quedar contenta sin exprimir las muchas posibilidades que otorgaba lo abierto del microcosmos diseñado por sus autores. Y fue así como, dos años después de su publicación original, nos llegó ‘The Kingdom’, una suerte de precuela estructurada —¿o habría que decir desestructurada?— en un prólogo, un número de apertura y uno de cierre, y cinco intermedios dedicados a sendos personajes del distópico futuro imaginado por Waid.

Sorprende, y sorprende mucho, que sea él mismo el que, enfrentado de nuevo a lo que de forma tan espectacular había llevado a cabo dos años antes, concrete una lectura anodina, sin empaque ni garra que huele a la legua a encargo alimenticio: no hay en ‘The Kingdom’ ni rastro del genio que Waid había derrochado a manos llenas en ‘Kingdom Come’, y salvo instantes muy puntuales —aquellos en los que el guionista se deja acompañar por el efectivo Jerry Ordway y por un alucinante Frank Quitely— la mediocridad es la que mejor define las sensaciones que uno se lleva de la lectura, máxime si, dejando de lado lo que la barroca premisa de partida llega a dar de sí —que no es mucho, por otra parte— uno atiende al muy irregular elenco de artistas que se hace cargo de cada uno de los números que integran el proyecto. Unos nombres que, al margen de los dos citados, casi parecen una declaración por parte de DC del poco mimo que se puso en la concreción de esta trasnochada secuela que, como reza el titular, no le llega ni a la altura del betún a su predecesora.

The Kingdom

  • Autores: Mark Waid y VVAA
  • Editorial: ECC
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 240 páginas
  • Precio: 21,85 euros en

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