'Redfork', el terror se tiñe de negro

En estos últimos años hemos podido comprobar que corren buenos tiempos para las editoriales independientes de comics, esas que son un poco más pequeñas que Marvel, DC o Image (sí, esta también se puede etiquetar de indie pero su infraestructura ha crecido de manera exponencial y, para mi, ya es una grande) pero que a base de buenos proyectos se hacen un hueco en el cada vez más poblado panorama editorial. Uno de los casos más llamativos y a tener en cuenta es TKO Studios, un nombre que empezó a sonar hace ya algunos años y cuya forma de publicar sus títulos causó bastante sorpresa en el mundillo. Ha pasado el tiempo y ahí siguen, dejándonos oleadas de proyectos firmados por muy buenos autores (Garth Ennis, Jeff Lemire, Joshua Dysart, Steve Epting, Gabriel Hernández Walta) que se mueven como peces en el agua por una cantidad de géneros de lo más variados. Desde el bélico a la ciencia ficción, pasando por la venganza o el terror. Es precisamente a este último al que pertenece la referencia más reciente que ha visto la luz en nuestra país de la mano de Panini Comics, un ‘Redfork’ que nos traslada a un pueblecito del estado de Arkansas y en cuyas minas se esconde un secreto que cambiará la vida de muchos de sus habitantes.

Inquietante. Este puede ser el adjetivo que mejor define el relato firmado por Alex Paknadel y Nil Vendrell, una trama en la que no falta absolutamente nada para que sea tan atractiva como oscura y desquiciante. Un expresidiario que vuelve para juntarse con su familia, un secreto entre hermanos, una huelga que afecta al sector minero, una compañía superpoderosa que no duda en anteponer su propio beneficio al bienestar de sus explotados trabajadores, un carbón que los hace enfermar, accidentes, peleas, borracheras, drogas…se podrá decir mucho acerca de ‘Redfork’ pero nadie puede negar la vertiginosidad que los tres primeros números contenidos en el volumen exhiben desde la primera hasta la última página. Y, por encima de todo esto, está el elemento terrorífico y fantástico, muy acertado y perfectamente añadido al guión para que se conjugue de manera precisa con todo lo expuesto hasta ese momento. Que nadie vaya a esperar sustos o terror de naturaleza “comercial”, Paknadel opta por algo más siniestro, algo que se va dejar ver poco a poco, afectando a los lugareños en su forma de actuar y provocando transformaciones que, esta vez sí, van a recordar a diseños que bien podrían haber sido extraídos de producciones como ‘La Cosa’ de John Carpenter.

El casi desconocido Paknadel teje una trama oscura y llena de misterio, dosificando la intriga e introduciendo giros inesperados en el momento justo. Juega a la perfección con la tristeza del lugar, tan gris y decadente como la gente que vive en él, ya saben, todo muy América profunda. Es tan acertado el trabajo del guionista británico que, si se prescindiera del elemento sobrenatural de la historia, nos quedaría un drama familiar igualmente interesante, repleto de buenos momentos y aciertos a todos los niveles. Tanto como la elección de Nil Vendrell para hacerse cargo de los lápices, un estilo sucio, minucioso y lleno de detalles que crea muy bien la atmósfera malsana y lúgubre que precisa el guión de Paknadel. Atención al festival de casquería y venas que va a desfilar por las viñetas de la obra, un espectáculo bastante “desagradable” que eleva el resultado final de manera notable. Suma y sigue, TKO Studios se destapa como una opción inmejorable para leer comics de calidad; a los ‘Sara’, ‘Sentient’, ‘Libra por Libra’ o ‘The Banks’ se suma ahora este ‘Redfork’, una muestra innegable del talento que gasta.