Reciente todavía en la memoria los ecos del último álbum publicado por Norma de ‘Carthago’, ese thriller de ciencia-ficción que provocaba que nos reconciliáramos con Christophe Bec —autor, como ya comentamos en su momento, de las muy olvidables ‘Santuario’ y ‘Cero absoluto’ publicadas por Planeta—; y a la espera de que la editorial catalana nos traiga la conclusión de la apasionante historia imaginada por el artista francés, es Yermo la que hace poco más de tres semanas se descolgaba con ‘Prometeo’, una saga que ya ha alcanzado en el país vecino las trece entregas y en la que Bec, como suele ser norma en él, vuelve a zambullirse en el amplio océano de la ciencia-ficción high-concept de la que hablábamos ayer. El término, que hace referencia a aquella vertiente del género que se apoya en una premisa «¿y si?», encuentra en este primer integral un relato que si algo acusa a ojos vistas es una exacerbada voluntad cinematográfica.
Tanto es así, que ‘Prometeo’ podría tacharse fácilmente como el equivalente en viñetas de una producción de Roland Emmerich —hasta se hace mención, en un momento dado, a ‘Independence Day’, y no creo que sea casual—, con el mundo sumido a una serie de hechos catastróficos que en no pocas ocasiones recuerdan a ‘El día del mañana’ o a esa entretenida tontería que fue ‘El núcleo’ de Jon Amiel. Coincidiendo dichas catástrofes con las 13 horas 13 minutos de varios días consecutivos, a la marcada vertiente de ciencia-ficción que caracteriza a fuego la lectura se une muy pronto otra, muy propia de estos tiempos que nos ha tocado vivir: la conspiranoica. La fusión de ambas, y una acción que recorre inquieta numerosas localizaciones e incontables personajes, no deja respiro a un lector al que no paran de asaltarle preguntas que suelen encontrar respuesta pocas páginas después.
Ahora bien, el hecho de que Bec vaya jugando a dar pequeñas dosis de información para orquestar el monstruo en el que termina deviniendo ‘Prometeo’ termina por trabajar algo en contra de las posibles aspiraciones del guionista por cuanto, llegado el momento, la constante voluntad de tenernos sorprendidos en la que sostiene el volumen da paso a cierto hastío derivado de la permanente huída hacia adelante que es la trama: cuando parece que está todo más o menos claro y que es posible construir una base sólida acerca de lo que estamos leyendo, Bec introduce un elemento desestabilizador que hace que tengamos que cuestionarnos nuestras reflexiones. Como digo, en su uso inicial, dicho recurso funciona a la perfección y nos mantiene al borde del abismo, pero cuando se extiende a las 240 páginas, cansa por ambicioso.
Fiel reflejo de esa desmesura grandilocuente asociada a las cintas de Emmerich a la que hacía referencia antes, la vertiente gráfica de ‘Prometeo’ —responsabilidad de Bec y de varios compañeros— es espectacular, de eso no cabe duda, y las muchas «secuencias» de acción que jalonan la lectura están puestas ahí con la clara intención de dejarnos boquiabiertos ante la escala que alcanza todo. Desafortunadamente, todo lo bueno que puede llegar a ser el francés escribiendo e ideando sub-tramas, no lo es en términos de narrativa secuencial. Estático como el sólo, el apoyo en referencias fotográficas que habíamos visto años atrás en las dos citadas obras publicadas por Planeta vuelve aquí a ser la tónica reinante, así como el hecho de que entre ellas puedan adivinarse a actores o personajes famosos como Fred Ward, Laurence Fishburne o el mismísimo Vladimir Putin.
Distracción innecesaria que nada aporta a la lectura —aunque la broma indudable de que el personaje de Ward sea director de la N.A.S.A cuando el actor fue uno de los astronautas de ‘Elegidos para la gloria’ tiene su gracia—, hubiera sido preferible que Bec, como ya ha hecho en ‘Carthago’, contara con un dibujante más efectivo que tradujera con mayor habilidad las necesidades del guión. Quizás entonces estaríamos hablando de un tebeo sobresaliente mientras que aquí sólo podemos hacerlo de uno notable.
Prometeo. Integral 1
- Autores: Christophe Bec & VVAA
- Editorial: Yermo
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 240 páginas
- Precio: 40,85 euros en