Hay un detalle, nada baladí, que une a la práctica totalidad de los proyectos que, hasta la fecha, han salido de la febril y portentosa imaginación de Mark Millar y del que nunca hemos hablado por estos lares —al menos hasta donde puedo recordar—: el que (casi) todas y cada una de sus ideas terminen cobrando forma en miniseries de seis números y (casi) todas ellas no hayan conocido secuela alguna…al menos por el momento.
Sí, hay excepciones como las tres partes originales de ‘Kick-Ass’, de ocho números cada una; la serie regular que actualmente sigue a la renovada versión del héroe urbano; el spin-off de ‘Hit-Girl’ —y su actual serie, montada a golpe de arcos argumentales independientes de cuatro ejemplares—; los siete ejemplares que conforman la maravillosa ‘Empress‘ o, por supuesto, el ‘Jupiter’s Circle’ que hoy forma parte de esta entrada, que es excepción por partida doble: no sólo es secuela del primer volumen que ya os trajimos hace unos meses, sino que, como ya comentamos, sirve de precuela a la magistral ‘Jupiter’s Legacy’, que también cuenta con dos volúmenes. Pero incluso en lo anterior habría que precisar cosas como que Millar sólo se ocupó de los primeros, ¿adivináis?, seis números de la serie regular de ‘Kick-Ass’ antes de dejarla en manos de Steve Niles o que, en lo que respecta a la de ‘Hit-Girl’, sólo firmó el primer arco argumental, esa salvajada situada en Colombia de la que hablamos hace bien poco.
Sea como fuere, queda claro que el escocés ha conseguido depurar hasta tal extremo su manera de pensar y dar forma a las historias que le rondan por la cabeza, que esa media docena de ejemplares bajo la que suele caracterizar a sus proyectos, habla por sí sola del asombroso talento del escritor para, en pocas páginas —normalmente las que conforman el número de apertura de turno—, ser capaz de haber presentado a sus personajes; haberlos definido sin ambages evitando, casi siempre, que éstos tengan que atenerse a arquetipos ni manidos clichés y, por supuesto, haber puesto en marcha todos los mecanismos necesarios para que la historia se despliegue ante nuestra atónita mirada de forma fluida, sin tiempos muertos —¿cómo podría haberlos?— y con un ritmo que en no pocas ocasiones corta el aliento. Vamos, que ya podrían ir aprendiendo las majors y su agotadora continuidad a lo que puede hacerse con ganas y sin querer exprimir hasta límites insospechados personajes y situaciones.
Pudiendo hallar estas cualidades, una a una, en un segundo volumen de ‘Jupiter’s Circle’ que se antoja más potente que el primero —fantástico el trabajo del ecléctico equipo de dibujantes— y que hace más intenso honor a su condición de precuela que su predecesor; es no obstante en ‘The Magic Order’ donde Millar las explota con toda su fuerza y donde podemos encontrar el mejor destilado de las mismas, dando forma el escritor a un relato protagonizado por una familia de magos que, honestamente, es lo mejor que he leído —o visto— en mi longeva trayectoria como aficionado a este mundillo —o al cine— en lo que a magia se refiere.
Siendo otra de esas características que mejor lo definen el atesorar una capacidad inaudita para dar forma veraz a las más alocadas ideas, lo que más asombra de ‘The Magic Order’ no es el enfrentamiento entre bien y mal alrededor del cual gira el primer volumen de esta cabecera producida por Netflix —os recordamos, como si hiciera falta, que Millar vendió su Millarworld a la plataforma de VOD y que es ésta la que ahora pone la pasta para sacar adelante sus proyectos con miras a que éstos terminen siendo adaptados imágenes en movimiento—, sino la manera en que, sutil y tremendamente convincente, el autor de ‘Ultimates’ monta un universo plausible hasta decir basta y, sobre todo, cómo define lo alucinante de los hechizos que usan los personajes, que dejan en pañales a la idea más brillante salida de la pluma de J.K.Rowling.
Por si todo esto no fuera suficiente para convencer a cualquiera de que se acercara sin dilación a la compra y lectura apasionada de ‘The Magic Order’ —bueno, y de ‘Jupiter’s Circle’ también, cuidado—, hay un último argumento que, al menos a título personal, sitúa a la cabecera entre las primeras de cuantas nos ha presentado el escocés hasta hoy; y ese no es otro que el que enarbola Olivier Coipel: debilidad personal desde que el francés desembarcara en Marvel en las páginas de ‘Spider-Man’, lo que la fusión entre su estilo y el maravilloso coloreado de Dave Stewart consigue es algo que no debe describirse so pena de que nuestras burdas letras hagan flaco favor a unas planchas E.S.P.E.C.T.A.C.U.L.A.R.E.S. Algo que, aunque no es de extrañar dada la facilidad con la que Millar ha conseguido rodearse siempre de los mejores nombres de este mundillo, provoca un constante asombro ante el techo constante en el que se instala el artista gráfico. ¿Será cosa de magia?
Jupiter’s Circle. Tomo dos
- Autores: Mark Millar, Wilfredo Torres y Chris Sprouse
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 152 páginas
- Precio: 19 euros en
The Magic Order. Libro uno
- Autores: Mark Millar y Olivier Coipel
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 176 páginas
- Precio: 17,10 euros en