'Miedo encarnado', ¡martillos para todos!

Todos asumimos que todo héroe, dios o no, se ve inmerso en continuos conflictos, sin importar si es domingo o festivos, y que la tierra o Midgard, como prefieran llamarla, va a ser perpetuo campo de batalla en cuanto a cualquier villano de posibles le dé por poner en marcha el plan malvado más grande jamás ideados. Pero en el caso del reino dorado de Asgard, aún con las incursiones periódicas de Sutur and co., éste siempre permaneció estoico y luminoso…al menos hasta que llegó una serie de acontecimientos tan aciagos que parecía, Odin me perdone, les había mirado un tuerto. Tras un controvertido destierro en Broxton (Oklahoma) y un espectacular ataque que casi acaba con ella y que se llevó por delante al mismo Loki (en la saga ‘Asedio‘, reeditada hace poco) la patria chica de Thor intentaba surgir de sus cenizas cuando la amenaza presentada en ‘Miedo encarnado’ llegó dispuesta a darle el golpe de gracia.

Must-have, la colección de Panini que está recuperando buena parte de los arcos de Marvel más potentes de las últimas dos décadas nos presenta en ‘Miedo encarnado’ uno de esos eventos dispuestos a trastocar todo su universo y que, aún otorgando la mayor parte de del protagonismo a Thor, y una miguita menos al Capitán América e Iron man, va a invitar a la práctica totalidad de la casa a esta fiesta apocalíptica. Con un arranque de esos que hacen que piquemos enseguida (la recuperación por parte de la hija de Cráneo rojo, Pecado, y el barón Zemo de un arcano volumen que promete poderes increíbles) y una propuesta tan alocada como llamativa (la aparición de una serie de martillos que amén de otorgar grandes poderes sumen a sus portadores en toda una locura berserker, y entre cuyos dignos receptores encontraremos tanto villanos como héroes de afiliaciones tan importantes como los 4 fantásticos o los Vengadores) este cómic es de esos cuya premisa invitan enseguida a su lectura. Sumadle la aparición de un nuevo villano, Cul, el hermano de Odin, en lo que es una auténtica pesadilla para los puristas de los mitos nórdicos (aunque después de todo la casa de las ideas ha conseguido que media humanidad crea que Loki, aunque adoptado, es hermano de Thor), un iracundo Odin dispuesto a hacer prevalecer sus deseos caiga quien caiga y algunas escenas tan chocantes como un Iron man en estado etílico increpando a los asgardianos para pedir un favor que puede decidir el desenlace de la obra o un Capitán América que demuestra, aunque no por primera vez, ser digno y tenemos uno de esos cómics de épicas aspiraciones que animan a ser leídos.

Su espectacular dibujo, obra, con la salvedad del prólogo de la mano de Scot Eaton (y guionizado por Ed Brubaker. Ahí es nada) de un Stuart Immonen en estado de gracia dota de increíble fuerza a una historia que aunque repercutirá notablemente en su futuro inmediato, con dos bajas inesperadas que dejaré descubra el lector, deja la sensación de episodio de transición. ‘Miedo encarnado’ tiene todos los ingredientes de un blockbuster y saca sus mejores armas, en más de un sentido, en los numerosos enfrentamientos que presenta pero la trama de Matt Fraction, uno de esos guionistas que ha demostrado su buena mano para las escenas más intimistas en series como Ojo de halcón, no llega a dar ese do de pecho que anunciaba, dejando la sensación de ser un mero vehículo para la recuperación-presentación de nuevos personajes y una sucesión de luchas entre buenos y malos.

Sin dejar de ser una obra de esas recomendables, con un apartado gráfico que se saborea con gusto y una historia de estructura sencilla pero que consigue mantener el interés durante toda la lectura, ‘Miedo encarnado’ es un cómic muy ambicioso, pero acaba resultando más intrascendente de lo que pretende. Recomendable especialmente para aquellos que leyeron ‘Asedio’ pero se quedaron con la miel en los labios tras el desenlace y para los fans de Thor, este título queda como uno de esos eventos creados periódicamente para aumentar ventas, entretenido pero no capital para este universo superheróico. Quizás un poco por debajo de esa etiqueta de «imprescindible» que se han ganado con mayor merecimiento otros números de esta colección, esta obra puede presumir, al igual que éstos, de una buena edición con artículos y cronologías incluidos. Puede que no sea de esos cómics que roban el corazón, pero como lectura no se puede negar nos hace uno de esos regalos que agradecemos al noveno arte: la evasión de calidad.