Si ayer mismo teníamos la ocasión de repasar el trabajo de Pierre Wazem junto a Frederik Peeters con motivo del integral de ‘Koma’ que publicaba Dib-buks hace varias semanas, hoy es La Cúpula la que nos brinda la oportunidad de asomarnos a lo último que ha cocinado el guionista y dibujante, una suerte de relato autobiográfico cargado de tintes surrealistas que, de forma inequívoca, nos acerca a esas complejidades que apuntábamos en la reseña de ‘Koma’ acerca de lo obscuro del discurrir de la trama y lo poco inteligible que ésta podía llegar a ser en ciertos momentos.
‘Marte, ida y vuelta’ comienza de forma más o menos «normal», con el autor llevando a sus hijas en coche de vuelta a casa mientras, mediante un soliloquio interno que va de aquí para allá, queda claro que el pensamiento del artista funciona a una velocidad de vértigo. Con una situación económica algo parca, y bloqueado sin poder arrancar con la obra a la que lleva tiempo dándole vueltas, Wazem comienza a «desbarrar» conforme va avanzando la acción hasta el punto de que, a mitad de la misma, la acción se traslada al planeta rojo, y comienzan a sucederse unas páginas que parecen querer servir al autor de exorcismo acerca de demonios de su pasado e inseguridades de su presente.
Hilvanado con un discurso narrativo agradable, y con un trazo muy similar al de Manu Larcenet, lo que ‘Marte, ida y vuelta’ termina dejando en el lector es una sensación extraña. De una parte, uno no puede evitar pensar que ha sido un viaje bastante divertido que puntualmente nos ha acercado a ese enigma que para el común de los mortales suele ser el proceso creativo; pero, de la otra, que dicho viaje no lleve a ningún puerto en concreto consigue reducir la apreciación global del mismo…por más que sus últimas páginas nos dejen con una inevitable sonrisa en los labios.
Marte, ida y vuelta
- Autores: Pierre Wazem
- Editorial: La Cúpula
- Encuadernación: Rústica
- Páginas: 132 páginas
- Precio: 18,90 euros