Algo más de tres semanas han tenido que pasar desde que terminé la lectura de ‘Los surcos del azar’ hasta que, con las vacaciones navideñas de por medio (y siendo ahora mismo las doce menos diez de la noche) haya encontrado el momento propicio para poder hablar como se merece del que, sin lugar a ningún resquicio de dudas, es el CÓMIC ESPAÑOL del año. Y no es que hasta este momento no haya tenido huecos para sentarme delante del teclado, es que es tanta la carga emocional que comporta lo que Paco Roca pone en juego en las páginas de su proyecto más largo hasta la fecha, que han sido necesarios estos veinte días para rumiar el texto que vais a leer a continuación. Un texto que, con todo, es más que seguro que no va a conseguir hacer justicia al inmenso despliegue de nervio narrativo y genio secuencial que Roca hace en esta obra maestra del noveno arte.
Con varios puntos ganados de partida (al menos a título personal) por el marco histórico elegido por el artista valenciano para situar la acción, el relato que Roca enhebra en ‘Los surcos del azar’ nos lleva de la mano a esa herida que aún tardará alguna que otra generación más en cerrarse que es la Guerra Civil, trasladándonos de forma directa y sin remedos el dolor de aquellos que tuvieron que dejar su tierra atrás para evitar su asesinato y el de sus seres queridos.
A este respecto, el comienzo de la historia no podría ser más terrible y mejor indicativo de las claras intenciones que Roca guarda para con su obra: hacinados en el puerto de Alicante, rostros marcados por una contienda que toca a su fin esperan impacientes la llegada de un barco que los aleje de un país que acaba de resquebrajarse en dos mitades. El drama, la tragedia más bien, que se tuvo que vivir en aquellos momentos es reflejada por Roca de una manera tan angustiosa que pareciera que el dibujante ha podido asomarse por la ventana de un edificio colindante al mar y sido testigo de excepción de los hechos (impresionan, y cómo, esas viñetas mudas en las que se visualizan unos horrores imposibles de describir).
Trascendidos esos primeros instantes de lectura, la «acción» salta al presente, con Roca siguiendo las pesquisas que le llevarán al encuentro de Miguel Ruiz, uno de tantos españoles que huyó sin posibilidad de mirar atrás por pertenecer a la España de los perdedores y que se convertirá en fuente inagotable de la que mane el resto de la narración. Una narración ágil, soberbia, en la que los constantes cambios entre tiempos van imprimiendo un ritmo espléndido a una historia que pasa del drama más horrendo a la comedia más ligera con una facilidad que resulta tan pasmosa como sublime.
A cualquiera que se haya acercado en alguna ocasión a un título de los muchos que ya trufan la imprescindible trayectoria de Roca (me preguntaba mi compañero Mario que con cuál me quedaría, obteniendo una muda afirmación como elocuente respuesta) no deberá sorprender que, en lo estrictamente visual, el talento narrativo del valenciano de muestras aquí de lo que cualquiera de los títulos que componen su tebeografía han planteado ya hasta la saciedad: que nos encontramos ante un autor de talento incuestionable que no conoce límites a lo que es capaz de plantear con suma sencillez en una página; y la historia de ‘Los surcos del azar’, que atesora en sus planchas momentos que se mueven en una inmensa variedad de géneros, no necesitan de alardes innecesarios y superfluos para llegar como un obús a las entrañas del lector.
Anidados allí durante el tiempo que cada uno tarde en consumir las más de trescientas páginas a lo largo de las que se va desplegando el viaje de un personaje que perfectamente pudo ser cualquiera de nuestros abuelos, la firmeza con la que los muchos sentimientos que acuden al que se sitúa a este lado del papel impreso dejan hondo poso de reflexión es la que mejor habla de la mayestática grandeza y de las cotas que Roca alcanza con ‘Los surcos del azar’. Y no (me) cabe duda, porque después de tanto tiempo ya no hay recoveco donde albergarla, que como ya sucediera en pasadas lecturas, la certeza de que dichas cotas no podrán ser superadas terminará desliéndose tarde o temprano en ese gigantesco crisol de genio y figura que es el talento de un monstruo del noveno arte llamado Paco Roca. Al tiempo.
Los surcos del azar
- Autores: Paco Roca
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 328
- Precio: 25 euros
Con tu permiso, Sergio, me gustaría invitar a tus lectores a leer mi reseña de este ‘novelón’ gráfico:
http://despuesdelhipopotamo.com/2014/01/01/los-surcos-del-azar/
Un saludo cordial