Es un argumento que ya hemos esgrimido en más de una ocasión cuando hemos tenido la opción de asomarnos a alguna de las «nuevas» propuestas con las que Dolmen ha ido engrosando las filas de este ambicioso y genial proyecto que es recuperar el material que, antaño, nutriera las páginas de la revista ‘Fuera Borda‘: la carga de nostalgia que acompaña a cualquiera de los volúmenes que hasta ahora han ido apareciendo de títulos como ‘Papyrus‘, ‘Casacas Azules‘, ‘Bill y Bolita‘ o ‘Bermudillo‘ es de un calibre sin par que sólo encuentra igual en la genialidad que, por lo general, derrochan estos clásicos de la BD con los que crecimos los que ya estamos más cerca de los 50 que de los 40. El poder volver a asomarnos a ellos en unos tomos editados con mimo y mucho cariño ha resultado, y sigue resultando, a la luz de lo que podemos encontrar en este ‘Los Centauros‘, una gozada a la que no podríamos, ni aunque quisiéramos, ponerle precio.
Firmado por el mismo autor de la afamada ‘Los Hombrecitos‘ —que ha necesitado 15 volúmenes para recoger todo lo que Pierre Seron puso en pie en su más longevo proyecto hasta 2011—, son las aventuras de los dos equinos con cuerpo de hombre que aquí se recogen el trabajo más querido del artista y un ejemplo maravilloso del mimo con el que Seron trataba a sus creaciones. Un mimo que, huelga decir, se nota primero, y de qué manera, en el superlativo dibujo de este alumno aventajado de André Franquin. No diremos que, de cuántos dibujantes salieron de la sombra del gigante belga, Seron sea el mejor porque eso sería una bofetada a lo Bud Spencer contra nombres de talla indescriptible como los de Janry o Roba, pero se hace muy patente que de las magistrales lecciones impartidas por el artista más determinante en la historia de ‘Spirou y Fantasio‘, Seron se apercibió con intensidad de hasta el último detalle, caracterizando las páginas de ‘Los Centauros’ con similar genio al que gastaba su modelo tanto a la hora de caracterizar a personajes como en lo que se refería a escenarios.
Desprendiendo todo el conjunto un cuquismo irresistible desde lo visual, que esa misma cualidad se trabaje desde el guión, convierte a la lectura en una fuente de constante candor que, irremediablemente, pondrá una sonrisa permanente en los labios del que el volumen sostenga en sus manos. Cuidado, que nadie se espere a un Seron que, a través de las historias aquí recogidas, reinventa o revoluciona el medio, pero es que ni falta que le hacen a las aventuras de Aurora y Ulises, los dos jóvenes protagonistas. De hecho, si ‘Los Centauros’ consigue resonar con fuerza en el lector es, ante todo, por su capacidad para aludir a cualquier rango de edad que podamos tener en consideración, una característica que siempre se apreció en ‘Los Hombrecitos’ y que es denominador común de la práctica totalidad, salvo alguna que otra excepción —se me ocurre, así sin pensar, ‘Casacas Azules’ como mejor ejemplo de lo contrario—, de lo que hemos venido disfrutando en la colección Fuera Borda. Si a esto se añade el buen ritmo narrativo de los relatos y la inventiva de Seron, pocos argumentos nos quedan ya para intentar convenceros de que os acerquéis a este volumen. No os arrepentiréis. Palabra.
Los Centauros 1977-1980
- Autores: Pierre Seron
- Editorial: Dolmen
- Encuadernación:Cartoné
- Páginas: 152 páginas
- Precio: 31,95 euros