‘Las Siete Vidas del Gato Fritz’, macarrada felina

Hablar de Robert Crumb es sinónimo de comic underground con mayúsculas. Su obra cuenta con multitud de trabajos, muchos de ellos, crónicas donde nos relata con su humor ácido y picante, los muchos problemas que ha encontrado en sus relaciones con las mujeres. Sin embargo, uno de sus trabajos más reconocidos (cuenta incluso con un largometraje de animación) es El Gato Fritz, creación cuyo debut tuvo lugar en el año 1959 en la cabecera “artesanal” Cat Life.

Movido por la nostalgia y el amor que Crumb sentía por algunos de los tebeos que leía durante su niñez (aquello de Disney firmados por Carl Barks o las clásicas tiras del Pogo de Walt Kelly) decidió sacarse de la manga las aventuras de este felino un tanto libertino, viciosillo y algo sátiro. Unas aventuras que siempre tenían un comienzo algo simplón pero que poco a poco se tornaban de una complejidad notable en parte debido a una narración que la mayoría de las veces se le escapaba de las manos al autor.

La Cúpula, editorial que ha publicado en nuestro país la práctica totalidad de la obra del cínico maestro, nos trae una nueva edición de’Las 7 Vidas del Gato Fritz‘, que tras muchas intentos de cuestionable calidad, este sí contiene todo el material protagonizado por el gato, restaurado para la ocasión, luciendo de manera esplendorosa y convirtiéndolo en la antología definitiva del personaje.

Aun a día de hoy, tiempo de libertad y jolgorio social, resultará bastante “llamativa” la lectura de las correrías protagonizadas por Fritz. Muchas de estas páginas estarán teñidas de continuas referencias sexuales, algunas de ellas entrando en el pantanoso terreno de las relaciones incestuosas (aunque no hay que olvidar que los personajes son animales y ahí las reglas son otras) o al uso de sustancias psicotrópicas. Pura diversión y desfase ilustrado con un trazo bastante titubeante al principio del volumen pero que poco a poco va evolucionando hasta encontrarnos con el Crumb de siempre.

Mucho tenemos que agradecer a La Cúpula por el trato que le da a la obra de un autor clásico y que nos ha proporcionado muy buenos momentos. Con esta nueva entrega podremos echarnos muy buenas risas siempre que sepamos a lo que nos enfrentamos, unas historietas facturadas durante una época en la que la experimentación, en todos los sentidos, estaba a la orden del día y la mojigatería se echaba a un lado para dejar paso al desenfreno. Como bien digo, eran otros tiempos.