‘Las Crónicas de Odio Volumen 1’, aquellos días oscuros

Abrir y hojear las páginas de este ‘Las Crónicas de Odio Volumen 1’ hace que los recuerdos de juventud se amontonen en la cabeza. Estamos hablando de una de las obras cumbre de los años noventa, una serie que servía, además, como retrato de una generación, la llamada “X”, que vivía en la indiferencia y la apatía, sin ninguna meta en la vida más que escuchar música, beber alcohol y algún que otro encuentro sexual ocasional. ¿No se lo creen? Pueden acudir al autor de la obra, Peter Bagge, un tipo bastante especial que aquí consigue que nos riamos a carcajadas pero, al mismo tiempo, hace que nos sintamos tan miserables y patéticos como los personajes que están impresos delante de nosotros. La editorial Fantagraphics fue la culpable de cambiar el panorama independiente de la época, una escena que en los años ochenta no se encontraba en su mejor momento, siendo Robert Crumb uno de los pocos abanderados del movimiento y la cabecera ‘Love and Rockets’ de los hermanos Hernández su máximo exponente. Poco a poco se fueron uniendo otros nombres que acabarían convirtiéndose en pesos pesados de la industria como Seth, Charles Burns, Daniel Clowes, Chris Ware y el propio Bagge. Todos con un denominador común: el pesimismo y la amargura parecían jugar un papel fundamental en sus obras.

A pesar de arrancarnos más de una risotada, como hemos apuntado un poco más arriba, la tónica general es la del desánimo, esa juventud necesitaba de un héroe, de alguien que los representara y Buddy Bradley, el personaje protagonista de la obra, había sido el elegido. Un tipo sin rumbo y sin aspiraciones en la vida sería el héroe de una juventud que no los necesitaba y, ni siquiera, los había pedido. ‘Odio’ nos traslada hasta Seattle, cuna de la denominada Generación X y origen del Grunge, un género musical que también podríamos considerar como una forma de vida y que es una clara influencia en la presente obra. Ahí vive el bueno de Buddy en una ratonera junto a sus dos compañeros de piso, Leonard (también conocido como Apestoso) y George, un caradura vividor politoxicómano y un tipo taciturno amante de las conspiraciones. Estas son las piezas fundamentales a las que se les irán añadiendo otras tantas, personajes inverosímiles que crearán unas tramas completamente delirantes. Aquí lo realmente importante es tocar con tu banda, escribir en tu fanzine y acudir al mayor número de fiestas para terminar dándose un revolcón o con una buena cogorza. Hay cosas que ni el paso del tiempo consigue cambiar.

El autor de Peekskill consigue trasladar al lector muchas de sus ideas y convicciones políticas a través de la fauna que pululan las páginas de su obra como el hermano de Buddy o sus suegros. Puede que mucho de lo expuesto aquí les suene de algo, nombres y situaciones familiares que no son del todo desconocidas. Van por buen camino ya que el germen de ‘Odio’ apareció diez años antes en las páginas de la revista ‘Neat Stuff’, un ‘Mundo Idiota’ (recopilada en su totalidad por La Cúpula en tres esplendorosos volúmenes) donde una familia disfuncional de apellido Bradley veía como su primogénito ponía pies en polvorosa hacía una emancipación inevitable. El tono derrotista y cáustico que Bagge imprime a sus guiones se contrapone a un estilo de dibujo bastante caricaturesco, intencionadamente grotesco, un festival de facciones desencajadas y cuerpos que parecen fabricados en goma elástica. No esconde influencias tan evidentes como las de Crumb, Jim Woodring, Gilbert Shelton o Basil Wolverton, toma prestados elementos de cada uno de ellos y los combina con unas gotas de psicodelia sesentera que no puede ser más adecuada para el tono de la obra. Han pasado más de treinta años desde que ‘Odio’ se convirtiera en la lectura oficial de una juventud desencantada con la realidad que les había tocado vivir, muchas cosas han cambiado pero su calidad se ha mantenido inalterable y nosotros podemos volver a disfrutar de todo ello gracias a la nueva edición que La Cúpula ha puesto en circulación. Un viaje que no ha hecho más que comenzar.