La desiguales sensaciones que me habían dejado las páginas de ‘La senda de las brujas’, primera ocasión en la que había determinado asomarme a las páginas de un tebeo protagonizado por Wanda Maximoff, no eran precisamente el abono perfecto para suscitar un mínimo interés de cara a que lo que fuera que el futuro deparara a la Bruja Escarlata rondara mis intereses. Pero hete aquí que un nombre y sólo un nombre ha sido suficiente para que la curiosidad venza a cualquier otra disquisición y haya terminando dando cuenta de los cinco primeros números de la serie regular que Marvel comenzaba a publicar hace unos meses en tierras estadounidenses y que Panini se ha apresurado en hacernos llegar. ¿El nombre, decís? ¡Ah, sí, claro! Sara Pichelli, una dibujante a la que sigo de manera casi impenitente desde que nuestros caminos se cruzaran en las páginas de la versión Ultimate del trepamuros de Brian Michael Bendis y que me parece la artista más elegante de cuantas llevan a cabo su trabajo en los salones de la Casa de las Ideas: su estilo pulcro, que alterna las labores de poner tinta a sus lápices con Elisabetta D’Amico, llena aquí unas páginas en las que las mujeres protagonistas no son «bollitos» de curvas imposibles, sino féminas bastante tridimensionales de, eso sí, una belleza excepcional. Poseedora asimismo de una narrativa clara y precisa, Pichelli pone su arte al servicio de una historia que se nos antoja algo pretenciosa con su arranque in media res, como si eso de no revelar toda la información al lector jugara en favor de una percepción más positiva de la historia que sea.
Pero Steve Orlando, que sabe cómo conectar a la perfección con las voces femeninas de las diferentes actrices que por aquí van desfilando —genial la incursión de Vivian Vision— nos gana pronto con lo muy entretenido y variado de un tebeo que parece querer nadar a contracorriente de la mediocridad que abunda hoy en la editorial ofreciéndonos algo que, sinceramente, se parece muy poco a cualquier cosa que hayamos leído..dentro de los márgenes del cómic mainstream de superhéroes, claro. Para ello, Orlando establece a Wanda en un pequeño pueblo en el que regenta una tienda de libros y objetos místicos; una tienda que tiene una puerta roja —la que da nombre al volumen— que atraviesan mujeres en extrema necesidad de la ayuda de la mutante carmesí. Con únicos ejes comunes a los cinco números los de una extraña piedra que no parece poder someterse a los enormes poderes de la protagonista y la presencia de Darcy —sí, esa Darcy, la ayudante de Jane Foster en el MCU—, Orlando y Pichelli varían entre lo pesadillesco del ejemplar dedicado a la citada Vivian Vision, lo majestuoso de las planchas a página completa que conforman el cuento que es el tercer número o la confrontación física al más puro estilo Marvel que vemos en los ejemplares cuarto y quinto —número éste que corre a cargo del no menos elegante Russell Dautermann—. 48 páginas éstas últimas para dar cierre…y qué cierre, que la plancha final es de esas que hace temblar las rodillas…a una lectura que nos ha sorprendido, y mucho. ‘Nuff said!!!!
La Bruja Escarlata 1. La última puerta
- Autores: VVAA
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Rústica
- Páginas: 128 páginas
- Precio: 16,50 euros